El cine ha retratado la historia de diferentes personalidades, y es notorio el aumento en los últimos años de los llamados biopic. Esto ha servido para mostrarles a nuevas audiencias bandas legendarias como Queen y su música en películas como Bohemian Rhapsody (2018), Al autodenominado rey del rock con la visualmente impresionante Elvis (2020) o la destacable Rocketman (2019) con la historia de Elton John.
En esta ocasión llega Bob Marley: La leyenda, dirigida por Reinaldo Marcus Green, recordado por la polémica King Richard (2021), que aborda una figura compleja y según los historiadores, no muy ejemplar.
La representación del actor británico Kingsley Ben-Adir de Marley no solo es esperar que aparezca allí, es intentar darle vida a uno de los personajes más importantes del siglo XX, cuyo legado musical y político quedó impregnado de una ideología tan fuerte, que logró la paz en su natal Jamaica cuando estaba a puertas de una guerra civil sin precedentes.
Un músico de talento legendario, la primera estrella pop surgida del tercer mundo y un tótem de gran influencia en asuntos espinosos como la religión, que con el Rastafari lo hizo famoso en el mundo. Son esos temas que lo rodearon, de los que fue protagonista, que hacían que pareciera difícil encaminar la cinta, pero el director Marcus, con la producción de Tuff Gong, productora de los hijos de Marley, que se encargaron de mostrar una persona sin mayores contratiempos y muchos claros para enfocarse en el poderoso mensaje que creó para su país y toda la humanidad en adelante.
Bob Marley: La leyenda le muestra al espectador un capítulo crucial de su vida, específicamente a partir de 1976, período en el que el cantante está inmerso en la organización de un concierto para promover la paz y unidad, conocido como Smile Jamaica, con la intención de detener las tensiones políticas y sociales que afectaban al país, pero organizar este proyecto le trajo severas consecuencias, ya que Marley, su esposa Rita Marley (Lashana Lynch) y sus hijos, se convierten en blanco de un intento de asesinato dos días antes del concierto.
El músico se ve obligado a ubicarse en Londres, pero continúa con su activismo en favor de Jamaica y en proteger a sus seres queridos a través de la música. En cuanto Marley sale de Jamaica, el personaje expuesto por Ben-Adir, toma mejor referencia en la música, pero, nunca me convence. Uno de los personajes más destacados de la película es el de Lashana Lynch, que le imprime un peso dramático importante a los excesivos blancos de la historia que se centraron más en lo que significa Bob Marley por medio de su música que en él cómo ser humano.
La poca elaborada dirección de arte y la falta de ambientación de la época, solo ubican al espectador por referencias como los Sex Pistols, sosteniendo el ritmo de la película únicamente por medio del encanto de la música de The Wailers, que por esos momentos permite olvidar cualquier cosa mala en la construcción de las imágenes, aunque hay momentos en los procesos creativos de Marley donde se pueden ver destellos de su legado hecho magia por medio de la música y su efecto.
Bob Marley: La leyenda es una película plana, que no tomó ningún riesgo y por ello cae en su ritmo, dándole demasiado peso a lo que representa Marley para todos los que lo hemos escuchado con tanta alegría, olvidando que un biopic no puede ser solo lo bueno de una persona, hasta elevarlo a la condición de deidad, cuando una de las cosas que más recalcaba Marley era la igualdad y el amor entre todos. Una cosa es indudable, cada canción sigue y seguirá teniendo la esencia del “Capi” para siempre en cada corazón que lo
escuche. ¡Salud!