Varias son las tradiciones estadounidenses sobre la navidad que han contagiado al mundo, como las medias en la chimenea, las galletas con leche, las numerosas luces de colores por doquier y hasta Santa Claus, o Papá Noel, como es llamado en Latinoamérica.
De todas estas costumbres, las películas de navidad estadounidenses se convirtieron en un referente comercial en el resto del mundo, con clásicos de temporada tan repetitivos y vistos año tras año, que es casi como si se firmaran nuevas tradiciones.
Películas icónicas de navidad como Mi pobre angelito (1990), la maravillosa El apartamento (1960), o El regalo prometido (1996) que aparece en las pantallas cada fin de año, entre muchas otras, hacen que cintas como Código: traje rojo tenga un público.
En esta entrega navideña, Santa Claus ha sido secuestrado. Callum Drift (La Roca) el Jefe de Seguridad del Polo Norte debe hallar a toda costa al gran jefe, ya que la Navidad está a horas de distancia.
Para encontrar a Santa Claus reclutan a Jack O’Malley (Chris Evans), uno de los mejores rastreadores del mundo. Juntos se embarcaron en una misión que los llevará alrededor del planeta y a contrarreloj para salvar la navidad y al mismísimo Santa.
Es importante definir que este tipo de películas no buscan nada, más allá que entretener con sus historias y personajes que difícilmente encuentran una profundidad y aún menos, cuando es dirigida por Jake Kasdan (las dos Jumanjis protagonizadas por Dwayne Johnson)
La Roca también es el productor de la película y gracias a esto le confió el guión a Hiram García, que es su cuñado, “resolviendo” ambas cosas en la producción.
Hablar de Código: traje rojo y sus apartados técnicos con un montón de CGI solo es reafirmar lo que ofrece el tráiler, ya que sufre de pésimas actuaciones, mostrando a Dwayne Johnson, como Dwayne Johnson, a un Chris Evans que no sorprende, porque nunca lo hace, pero tiene detalles que, para mí, le suman, más allá de ser consciente que no puede exigir nada al sentarse en la silla de la sala de cine.
Gryla (Kiernan Shipka) es la villana de la película y desde su aparición en Sabrina (2018-2020) solo me alegra verla en la pantalla grande, como también me sorprendió verla en Lognlegs (2024).
Por otro lado, Código: traje rojo le imprime bastante información mitológica a la historia que satura un poco, pero este tiene un fin: la introducción de personajes. Cada escenario tiene un personaje y con él, una aventura, acompañado de un tema por resolver, haciendo que esta narrativa de video juego es lo que le de ritmo a la película.
Ya que, si se tiene en cuenta su público objetivo, muy seguramente son niños consumidores de juegos de video, por eso es tan funcional el continuo cambio de escenarios para dejar muchos cabos sueltos e intentar impulsar una secuela.
De cualquier forma, Código: traje rojo cumple su cometido entreteniendo con un eje central interesante, el cual no es ni siquiera la aventura ni sus personajes. Su protagonista de fondo es el concepto de la navidad y como está intenta transmitir mensajes de compasión por el prójimo y reconciliación para intentar ser, una mejor persona.
Lo mejor de la película para mí, es que soluciona una de las preguntas más antiguas de las películas de navidad: ¿Cómo Santa es capaz de entregar todos los regalos?
Código: traje rojo es una película para los más chicos con los mismos problemas del cine netamente comercial que lo hacen los más “grandes”, que no sorprende en absoluto, tiene bastantes problemas de dirección, pero puede que, bajo ojos más inocentes, se puedan llevar ideas bonitas a casa. Juzguen ustedes.