Cuando siguen llegando adaptaciones de videojuegos al cine y a la televisión, buenas series como The last of Us (2023), o la sorpresa de Fall Out (2024) hacen pensar que luego de varios títulos de juegos que han intentado llevar a la pantalla grande, se logró por fin, encontrar las formas, pero los videojuegos tienen géneros tan variados como el cine.
En 1995 el director británico Paul W. S. Anderson llevó al cine una película basada en el famoso juego de pelea llamada Mortal Kombat con mediano éxito, pero antes el director estadounidense Steven E. de Souza trajo a la vida la película del conocido juego de pelea Street Fighter en 1994. Por supuesto, toda esta estética fue heredada del cine de acción asiático que viene desde películas famosas como: El espadachín blanco (1969), El camino del Dragón (1972), o la película que consolidó esta visión en accidente como Operación Dragón (1973) del inmortal Bruce Lee.
Hollywood sin duda se ha nutrido de toda esta estética marcada por movimientos bruscos de cámara, primeros planos de las expresiones de los atacantes en zoom- in, y secuencias de golpes que demuestran la destreza de las artes marciales fruto de su brutal entrenamiento. Contra todos tiene todo eso, con un desfile de ultra violencia que por momentos sofoca con derramamientos desmedidos de sangre.
Estos juegos son en exceso violentos, lo que los posicionó por décadas en la memoria colectiva. Cada personaje tiene características de cómo asesinar a su contrincante y acabarlo en una pelea, sin olvidar que cada vez que avanza, el contrincante es más difícil, narrativa que toma la película.
Contra todos del director alemán Moritz Mohr, narra un terrible acontecimiento relacionado con el origen de Boy (Bill Skarsgård) y sus motivaciones, que debe enfrentarse a la desquiciada matriarca de una corrupta dinastía post apocalíptica que lo dejó huérfano, sordo y sin voz.
Tras una trágica infancia, un hombre conocido como El chamán lo convertirá en un instrumento de venganza y lo entrenará para que sea una máquina asesina que matará a cualquiera en su camino. En busca de su lugar, Boy se unirá a un grupo de resistencia a la vez que mantendrá intensas discusiones con el fantasma de su rebelde hermana pequeña.
Dentro del excesivo derramamiento de sangre, está una particular voz en off que logra acoplarse a su protagonista, que propone las pausas desde el humor, con incontables problemas narrativos y los argumentos más clásicos de la venganza para darle ritmo a una hora y cincuenta y un minutos de gore y golpes.
Contra todos es una propuesta para satisfacer a los amantes de la sangre, la violencia y la constante locura en pantalla, que cansa y que me hace preguntarme: ¿Ver tanta violencia junta tiene un público específico? O ¿Este público tiene un problema de desensibilización general?
Bill Skarsgård es un buen personaje de acción, y si usted disfruta la violencia desmedida y sin sentido, sustentada en un acto vengativo y con un buen punto de giro, esta es su película. Juzgue usted.
