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[Crítica] El club de los vándalos (The Bikeriders): un clásico instantáneo en dos ruedas

Aunque no lo crea, son pocas las películas icónicas sobre motocicletas en la historia del cine. Cosa diferente es que estos vehículos hacen parte clave de escenas inolvidables del cine universal como en Terminator 2 (1991), cuando el temible T-800 va sobre una Harley Davidson Fatboy flstf; o en Misión imposible: nación secreta (2015), cuando a bordo de una BMW S1000RR el agente Ethan Hunt emprende una espectacular persecución: o la también inolvidable persecución en The Matrix Reloaded (2003), cuando Triniti, a bordo de una Ducati 996 intenta salvar al cerrajero, entre muchos otros.

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Luego, vienen los personajes que formaron esa tipología de allí en adelante como en The Wild One (1953), donde Marlon Brando encarna el papel del estereotipo americano de joven rebelde a lomos de una Triumph Thunderbird 650; o en Easy Rider (1969), donde Peter Fonda y Dennis Hopper muestran toda esa testosterona sobre ruedas; y definitivamente no puede olvidarse Rebel Without a Cause (1955), en la que la masculinidad de un personaje rebelde se personificó en el cine con James Dean.

Austin Butler as Benny in director Jeff Nichols’ THE BIKERIDERS, a Focus Features release. Credit: Kyle Kaplan/Focus Features. © 2024 Focus Features. All Rights Reserved.

El club de los vándalos, cuyo nombre original es The Bikeriders, mucho mejor, está dirigida por Jeff Nichols, que se basa en el libro de fotografías homónimo de 1968, que explora temas como la masculinidad, la pertenencia y la confraternidad, un eje de la cinta.

Benny (Austin Butler), es un joven cada vez más involucrado en Vandals, este club de motos integrado por un grupo de motociclistas del Medio Oeste, liderado por el enigmático Johnny (Tom Hardy). Atraído por la libertad y la hermandad que ofrece este estilo de vida, Benny se enamora de Kathy (Jodie Comer), pero pronto descubre un lado no tan agradable y oscuro de permanecer en este mundo.

Tom Hardy as Danny in director Jeff Nichols’ THE BIKERIDERS. Credit: Courtesy of Focus Features. © 2023 Focus Features. All Rights Reserved.

Nichols ensambla una cinta tan equilibrada como bella y elegante en su composición, que basa su planimetría en el material fotográfico del libro de Danny Lyon The Bikeriders, un relato al estilo del Nuevo Periodismo sobre la Chicago Outlaws Motorcycle Club a mediados de la década de 1960, que toma como punto de partida para darles vida a personajes llenos de carisma y conflictos que dirige con maestría y con una pasión por este estilo de vida que resalta continuamente en la pantalla.

El club de los vándalos logra cautivar los sentidos sin exaltaciones, sin movimientos exagerados de cámara, pero sí, con personajes armados de todas las películas reseñadas y desarrollados con el talento de cada actor, que resalta hasta brillar con lo que insisto, una maravillosa dirección de parte de Jeff Nichols, que nunca pierde el norte en su búsqueda por construir esos lazos entre gasolina, sonidos de motores estridentes, amistad y confraternidad que la película en su generoso desarrollo muestra antes de que se convirtiera en una pandilla organizada.

Jodie Comer as Kathy in director Jeff Nichols’ THE BIKERIDERS. Credit: Courtesy of Focus Features. © 2023 Focus Features. All Rights Reserved.

La película muestra además de una hermandad, un estilo de vida que fue tan real como la historia que cuenta de manera inteligente y sin dramatismos sin sentido, como los abusos de licor, los excesos de todo tipo y toda la estética de los motociclistas, que marcan hasta hoy un estilo de vida tan reconocible como vigente en nuestra sociedad, con la brillante actuación de Jodie Comer (Kathy).

Austin Butler as Benny in director Jeff Nichols’ THE BIKERIDERS. Credit: Courtesy of Focus Features. © 2023 Focus Features. All Rights Reserved.

Pueda que El club de los vándalos no sea un éxito comercial consumido por públicos masivos, pero sí es una referencia obligada desde ahora para quienes viven este estilo de vida en diferentes dimensiones, que la película expone en cada frame, donde la pasión por los rugidos de los motores parece compenetrarse con una banda sonora que demuestra el nivel de investigación para la ambientación de una película que tuvo en cuenta cada detalle, y que se puede ver con la pasión que fue producida. Así que acelere, acomódese y déjese cautivar por una historia interesante que va a reorganizar muchos estereotipos de esta comunidad que solo quiere estar acompañada del camino y de su propio motor.

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: jorge.perez@uniminuto.edu

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