Una de las películas más esperadas de este año, llega a las salas de cine entre amores y odios, y no es para menos, la arriesgada apuesta de Joker: folie à deux no parece tener puntos medios.
El director norteamericano Todd Phillips, repite en la dirección y en la concepción de un guion que es secuela directa de Joker (2019) y tiene a sus espaldas un contundente éxito tanto de taquilla, como de la crítica, y sumando también el premio Oscar a mejor actor principal a Joaquin Phoenix.
Joker: folie à deux retoma la vida de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) luego de cometer numerosos asesinatos y estar encerrado en el Hospital Estatal de Arkham. En ese lugar conoce el amor, el cual ve reflejado en Harley Quinzel (Lady Gaga), e inicia un viaje musical entre una peligrosa esperanza.
Es importante destacar que la cinta no quiere ser (y nunca pretende serlo) una típica película del universo DC, como tampoco lo fue la primera entrega, solo que, en esta ocasión, Phillips encamina el personaje de Joker hacía cavar cada vez más a fondo dentro de sí mismo.
La cinta toma un tono muy adulto y se aleja aún más de las letras DC, haciendo que la narrativa se convierta en música para transmitir los mensajes que impulsen la trama y vayan definiendo los puntos de giro que encierra una historia de amor, pero ¿esta es una historia de amor?
Joker: folie à deux va abriendo capas de sus personajes mientras Arthur Fleck se desmorona cada vez más entre una crítica hacia la sociedad que lastima, señala y juzga desde todos los frentes que pueda tener, y pone a la salud mental del ser humano como el verdadero protagonista, más allá de la figura del Joker que solo es un símbolo del descontento social dentro de la narrativa de la cinta y que luego trascendió.
El montaje de la película es notable y Joaquin Phoenix en mi opinión, desarrolla un Joker que brilla por momentos y se queda en querer representar “la historia de amor” en lo que se convierte en tres historias de origen.
Por otra parte, la gran expectativa de tener a Lady Gaga en el poster me hacía querer saber hasta dónde podía llegar y para mí, solo cumple.
Una de las grandes preguntas sobre la película era su propuesta desde el musical y siento que lo logra, haciendo que no se estanque en solamente reflejar lo oscuro que puede llegar a ser la esquizofrenia, ya que las secuencias de música, donde siempre aparece ese foco de luz cálida, distensiones y entretienen, pero claramente no son para todo público.
Es claro que Joker: folie à deux es muy comparable a Sucker punch (2011) en su estructura, pero en vez de secuencias de acción y la música como activador, son montajes tipo Broadway y la música es el canal del mensaje de las emociones de Arthur Fleck.
En lo personal, Joker: folie à deux es una cinta arriesgada en todo sentido, como en glorificar a un asesino con profundos problemas mentales, gracias al abuso de su entorno y de la sociedad, como en querer transmitir mensajes tan potentes por medio de los montajes musicales, pero el tipo de público DC, esperaba ver otra cosa.
Definitivamente, la cinta es de amores y odios y la propuesta de Todd Phillips, a mi pesar, creo va a quedar entre el descontento de no ver a un Joker “ídolo” en vez de ver a un ser humano ultrajado y violentado desde todo punto de vista, y no ver que estamos enfrentado a una sociedad tan fracturada.
A pesar de ver las secuencias de los montajes musicales que parecen cortadas, es precisamente eso lo que pasa en la mente de todas las personas que buscan su mejor canción para seguir adelante al bajar de un transporte público o no poder lograr un objetivo diario.
Como dijo el filósofo francés Jean-Paul Sartre: como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad. Juzguen ustedes.