Los vampiros han sido importantes en el cine universal dentro de los géneros de terror y sobrenatural, que por primera vez se vio en la pantalla grande con la legendaria Nosferatu (1922), cuando el conde Orlok (Max Schreck) hacía su entrada a la historia del cine de la mano del gran director alemán y leyenda del cine mudo, Friedrich Wilhelm Murnau.
Muchas décadas han pasado y muchas otras películas de terror se han mostrado al público, con una estética que delimitará a los vampiros y sus formas desde películas recientes como Renfield (2023), con un notable e irónico Nicolas Cage o Drácula: Mar de sangre, del realizador noruego André Øvreda que no salió tan bien, o la muy entretenida Abigail (2024).
Luego hay otros referentes obligados para cintas como esta como el caso de Drácula de Bram Stoker (1992), o la icónica The Lost Boys (1987) que les mostró un camino a personajes jóvenes dentro de este género que llegan a las manos de la realizadora franco-canadiense Ariane Louis-Seize, radicada en Montreal, que sin duda supo que suman en Joven vampiro busca Humanist Vampire Seeking Consenting Suicidal Person, su nombre original.
La película cuenta la historia de Sasha (Sara Montpetit), una vampira adolescente con un problema de empatía. A diferencia del resto de su familia, los colmillos de Sasha no salen cuando tiene hambre o siente miedo; necesita sentir una conexión personal con su presa. Y entonces Sasha conoce a Paul (Félix-Antoine Bénard), un verdadero adolescente convencido de que nunca disfrutará nada en la vida, del que se hace amiga, al que le presenta su mundo y sus secretos.
Joven vampiro busca, desde su narrativa sobrenatural involucra temas como la adolescencia y los cambios que implica por dentro y por fuera, los lazos familiares y cómo cambia el mundo cuando se crece y se toman decisiones propias, temas que son conducidos con humor negro y actuaciones destacadas, así la cinta esté altamente influenciada por el clásico de 1991 Los Locos Addams.
Morticia Addams se hace sentir en la construcción del personaje de Sasha, joven actriz, también francocanadiense, hace un personaje interesante que en ningún momento se convierte en una vampira convencional sin tediosos clichés ni empalagosos romances juveniles con tragedias vacías. Joven vampiro busca demuestra una vez más que con un modesto presupuesto es posible el reconocimiento como los obtenidos en afamados Festivales como Sundance y el Festival de cine de Sitges, además del premio a la directora en el Festival de Cine de Venecia como mejor directora.
Joven vampiro busca es una película que es diferente sin exagerar, que es consciente que es fácil caer en redundancias en filmes de este tipo, luego de la desafortunada saga de Crepúsculo, o la también importante Entrevista con el Vampiro (1994). Louis-Seize encuentra un tono tan refrescante como cómico con personajes que han estado desgastado durante mucho tiempo, que logran revivir el interés de un público siempre sediento por estos seres tan misteriosos con estos dos adolescentes que hábilmente, con una historia sólida y una narrativa atractiva, tocan temas delicados como el suicidio, el querer tener un propósito de existir, los cambios que genera la edad en la mente y el cuerpo, y la importancia de morir dignamente con un propósito, que la equilibran entre momentos escatológicos y simples pero memorables, que con el tiempo la convertirán en una película de culto en mi opinión.
Joven vampiro busca no es una referencia para el cine sobrenatural, pero sí un buen punto de partida para nuevos realizadores para no hacer películas de solo sangre y colmillos, ya que esos dientes no nacen solos y tienen sentimientos.
