En Colombia siguen apareciendo buenos directores con temáticas conocidas, pero con buenos desarrollos y en pantalla, por muchas razones.
Lo peor hasta el momento es una película del director Iván Garzón Mayorga y del productor Santiago Posada Bernal. Sorprende que este largometraje es una tesis de pregrado en Artes Visuales, un filme sobre relaciones familiares marcadas por el abandono, la distancia, la enfermedad y la precariedad que se roba los sueños.
Esta película de un poco más de una hora, crea las atmósferas apropiadas desde los arcos de cada personaje para mostrar a Juan, (Carlos Silva), que, tras años de no saber de su familia, viaja a Bogotá para visitar a su mamá enferma, Marta (María Elena Duque).
Allí se reencuentra con Mario (Santiago Orjuela), su hermano menor, y con su tía Gloria (Liliana Isabel Moreno), a quienes los cuidados de la enfermedad los han drenado económica y vitalmente.
Para sorpresa de ambos hermanos, su tía les informa que, por una oportunidad laboral, que no puede rechazar, ahora el cuidado de su madre lo deben afrontar ellos mientras se enfrentan a sus diferencias.
Lo peor hasta el momento logra sostener buenas secuencias de tensión, pero personalmente, me sorprendió el buen uso de los recursos del primerísimo plano para explorar texturas en la imagen y rescatando la narrativa de lugares comunes en el cine colombiano.
Iván Garzón Mayorga demuestra un buen manejo de sus actores, imprimiendo en pantalla la distancia entre ellos con un gesto, una mirada para mostrar descontento, o esa sofocante cotidianidad que abruma a cada uno de sus personajes.
En cuanto avanza la historia, cada personaje desarrolla sus conflictos internos, haciendo que la historia se compacte y no sobre ninguno en su conclusión, ni siquiera el personaje desagradable del mecánico sin escrúpulos.
Lo peor hasta el momento es una ópera prima que promete para el cine colombiano, que, para mí, es mucho mejor que películas con un presupuesto mucho más alto y con una estrategia de promoción más grande.
Personajes cotidianos que se muestran como viejos conocidos en una sociedad tan fragmentada como la colombiana, pero que producen cierta intriga desde lo precario y simple que pueden ser, se convierten extrañamente en algo interesante y con un final inteligente.
Una cinta colombiana a la que vale la pena ponerle el ojo. Juzguen ustedes.