Desde que el director de cine neoyorquino, Martin Scorsese inició su carrera dirigiendo ¿Who’s That Knocking at My Door? en 1972, fue el comienzo de una carrera virtuosa en la que resaltan numerosas películas que son iconos del cine universal con personajes que están presentes en otros autores, asimismo su narrativa que se pule con el paso del tiempo.
En los últimos años, Scorsese ha puesto su voz para defender el cine como arte y no dejar que se continúe haciendo como mero producto de entretenimiento; desechable y fácilmente olvidado. Sin duda Killer of the flower moon o Los asesinos de la luna como se le llamó en el mercado latinoamericano, quiere recordarle al público que el cine, aparte de ser arte, es denuncia, es contracultura, es sensibilidad, entre muchas otras cosas.
Durante la historia de la humanidad, se han sustentado atropellos, masacres y genocidios, enmascarados en proyectos políticos, ideológicos, religiosos y la base de todos ellos termina siendo la incansable avaricia del ser humano. Este es uno de los factores a reconocer en esta joya del cine contemporáneo con una duración de tres horas y media, una narrativa extraordinaria, pero exigente para los ojos menos acostumbrados que encontrarán en ella la mejor recompensa.
Los asesinos de la luna, ubica al espectador en la década de 1920, cuando los miembros de la tribu de nativos americanos del condado de Osage, en Oklahoma, son asesinados una vez se encuentra petróleo en sus tierras. La fiebre de “oro negro” hace que los “blancos” comiencen a eliminar sistemáticamente a sus supuestos rivales.
La cinta está basada en una historia real con un admirable trabajo de adaptación del libro de David Grann, del mismo nombre que pone al espectador a prueba, ya que es devastadora y cruel cuando muestra la violencia y la codicia de William King Hale (Robert De Niro) y sus cómplices, con la agonía que sufrió la Nación Osage a causa de sus atroces acciones.
El mismo director de fotografía de Barbie (2023), Rodrigo Prieto, plasma en cada plano de la película las sensaciones necesarias para construir personajes malvados y sin ningún tipo de conciencia, que por medio de planos secuencias o de planos fijos largos con diálogos y actuaciones impecables, hacen que el espectador sea un miembro más de la extensa familia que solo mira cuando sabe que todo está mal, y simplemente, se remite a aceptarlo.
Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) no logra impactar con protagonismo desde el principio de la película, pero el personaje está tan bien construido por el actor nacido en Los Ángeles, que su profunda ambición y violencia lo hacen ser tan repudiado como recordado. Allí está uno de los incontables fuertes de la cinta.
Las maravillosas actuaciones de todos los involucrados, más otros aspectos notables, resaltan la maravillosa actuación de Lily Gladstone interpretando a Mollie Burkhart con un papel tan exigente como clave para la narrativa con una impresionante actuación.
Los asesinos de la luna es la gran tragedia americana de Martin Scorsese que resulta ser una denuncia de un momento necesario para visibilizar las atrocidades de una América, en ocasiones, olvidada por muchos, pero que la historia jamás deja de recordar. Una obra maestra del cine y otro inmortal título para su director.
Está es una película absorbente para el espectador y que lo pone sobre las cuerdas durante horas, un western lleno de carácter con un contenido tan siniestro como humano que logra construir, de la mano de su director, la mejor película del año. Juzguen ustedes.