Latinoamérica ha sido una región muy golpeada por la expansión del COVID-19, cada día aumentan los casos de infectados y fallecidos por este nuevo virus y pareciera que, por más controles y restricciones sociales que impongan los gobiernos en sus territorios, el aumento exponencial es un hecho.
Algunos países han tenido que flexibilizar medidas en la dos últimas semanas ante la necesidad de muchos de volver a trabajar y conseguir dinero para su supervivencia, eso sí, bajo el riesgo de que se disparen nuevos casos y se saturen los centros hospitalarios. Sin embargo, hay un país en Centroamérica que se destaca por su exitoso manejo de la pandemia, se trata de Costa Rica.
Esa nación actualmente presenta 830 casos positivos, 535 personas recuperadas y 8 fallecidas (el número más bajo de muertos en el mundo por este virus), cifras que, si se comparan con su número de habitantes (5 millones), son más que buenas porque por cada millón de personas solo 164 están contagiadas, eso es decir menos del 1%. Colombia no está lejos de ese porcentaje, solo que aquí son 50 millones de personas.
Con un panorama tan positivo como el de Costa Rica, sería mentiroso decir que no existe la pregunta: ¿cómo lo ha conseguido?, o ¿cuáles son las estrategias que ha implementado para tener bajo control la expansión del virus?
Sistema de salud universal
En los últimos años, las políticas de gobierno del país centroamericano se han centrado en fortalecer la red de salud de todas las ciudades y el acceso de las personas a las mismas. Según un informe de evaluación hecho por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre sistemas de salud en países de América, el 95% de los costarricenses tiene acceso a la salud pública de manera gratuita, en contraste con el resto de Latinoamérica que alcanza el 70% de habitantes con acceso a centros hospitalarios.
A su vez, Costa Rica ha seguido las indicaciones de la OMS en invertir gran parte de su 7.3% de Producto Interno Bruto (PIB) en fortalecer y construir hospitales. Allí hay más de mil centros médicos disponibles y gracias a ellos han podido detectar oportunamente casos de personas contagiadas y asintomáticas, desacelerando propagación del virus significativamente.
Distanciamiento social
Carlos Alvarado Quesada, presidente de Costa Rica, cerró y prohibió los espacios con más de 25 personas cuando apenas el país registrada 10 casos positivos, la medida, que para muchos fue exagerada y autoritaria porque implicó el cierre de escuelas, universidades, eventos, oficinas, playas, bares y estadios; funcionó.
También el cumplimiento y la disciplina de las personas por mantenerse en casa, coadyuvó en el control del COVID-19. De acuerdo con los informes de movilidad y rastreo hechos por Google, en las últimas semanas las personas han vuelto a salir a la calle de manera controlada y por días, además hay un numero significativo de individuos que trabajan desde casa.
Aquí el informe:
2020-05-09_CR_Mobility_Report_enInfraestructura y servicios públicos
En cuestión de infraestructura, el país centroamericano posee una cobertura de agua potable en el 97% de sus territorios, esta cifra proviene de un informe sobre calidad de vida hecho por Naciones Unidas (ONU). El acceso al agua es importante en este tipo de pandemia porque permite a los habitantes lavar sus manos y, a su vez, desinfectar espacios donde puede habitar el virus.
Por otra parte, el presidente Alvarado implementó en todas las ciudades unos lavamanos portátiles en plazas y calles con mayor reunión de personas, también hay patrullas de camiones que desinfectan periódicamente andenes y objetos que son usados a diario.
Flexibilización de las medidas
Cabe destacar que el próximo 16 mayo empezará la fase 2 de regreso económico y social, los sectores más beneficiados serán el turístico y comercial ante la apertura de playas y parques nacionales con horarios estipulados, pero se espera que más sectores puedan abrir.
Finalmente, el máximo mandatario de Costa Rica ha manifestado que está contento y tranquilo con las cifras que tienen, sin embargo mostró preocupación por lo pasos fronterizos con Nicaragua, ya que muchos de los habitantes de aquel país están saltando la frontera ante la crisis social y sanitaria del pueblo de Daniel Ortega (al que no se le ve desde hace semanas), situación que podría generar contagios importados.
Ya veremos si Costa Rica puede contener la migración de COVID-19.