Por: Periódico 15
Colpensiones pidió a los pensionados mayores de 70 años que actualicen sus datos de contacto a través de la Línea de Bienestar 018000 42 5555, para que los bancos entreguen el pago físico o de forma virtual, durante el confinamiento, ya que dicha población fue considerada de alto riesgo y propensa a contagiarse son el coronavirus. Además, informaron que a los pensionados de 70 años o más, que podían habilitar de manera gratuita una cuenta bancaria para efectuar los cobros y hacer transacciones virtuales para evitar las aglomeraciones en espacios públicos.
Sin embargo, las noticias que llegan por la radio, la televisión y los celulares no siempre son claras para ellos. La incertidumbre persiste, así como la desinformación, y algunos prefieren hacerle caso al voz a voz y llegar al punto de arriesgarse, violar las medidas de confinamiento y dirigirse a las entidades bancarias a cobrar. Pero esto no se trata solo de dinero, como asegura Carmen Helisa Heredia de Paipa, pensionada del magisterio, de 71 años de edad.
Como ella, la mayoría de adultos mayores en Colombia experimentan ansiedad, temor a enfermarse o morir al acercarse a los servicios de salud por riesgo a contagiarse; aburrimiento, miedo a perder dinero y hasta la pensión; insomnio, reducción en la percepción de seguridad e irritabilidad.
Según el Ministerio de Salud estos síntomas han encendido las alarmas durante estos dos últimos meses, ya que, por disposición de la Organización Mundial de la Salud, dicha población es considerada en riesgo ante el virus y todos los gobiernos del mundo deben salvaguardarla. Es por esto que se hace necesario la compañía de su familia y del apoyo social a través de las organizaciones -si pertenecen a alguna-, al interior de la familia o una red de apoyo comunitario.
¿Cómo lograr un equilibrio emocional? ¿Cómo ayudar a que los adultos mayores disminuyan sus niveles de estrés y se sientan seguros? Muchos parecen no estar dispuestos al cambio y a seguir las normas, pero lo cierto es que el exterior no es seguro. Los que tenían en sus planes diarios salidas a los supermercados, diligencias bancarias e incluso, caminatas o rutinas de ejercicios al aire libre, ahora están encerrados. No obstante, trabajar toda la vida para no poder recibir la pensión a tiempo, de la que no solo sobreviven ellos sino familias enteras, han trastornado su mundo.
Carmen Helisa Heredia de Paipa, es pensionada del Magisterio hace más de 25 años y es una de las personas que se ha visto afectada debido al cobro de su mesada durante el aislamiento preventivo. / FOTO: Mary Alejandra Paipa Ramírez
“Para mí no ha sido nada fácil cobrar la pensión, no manejo tarjetas y mucho menos sé usar la web para estar informada. Vivo en Oiba, Santander, y para poder cobrar me ha tocado contratar un carro porque tengo que desplazarme hasta el municipio del Socorro y allá hacer fila por lo menos una hora”, cuenta Carmen Helisa Heredia.
Carlos Toro Fernández, de 75 años de edad y pensionado de Ecopetrol, residente en -Floridablanca, Santander, asegura que el nivel de preocupación lo ha llevado a reorganizar los gastos de su casa y hasta no mantener contacto con sus amigos pensionados, especialmente, “porque me llenan de preocupaciones, dicen que nos van a quitar las pensiones para pagar los gastos que el Gobierno tiene, y eso me genera mucho estrés.
Otra situación es la que se vive en Girón, en donde las denuncias por parte de esta población no se hicieron esperar, ya que las medidas anunciadas por el Gobierno con respecto a los cobros en bancos, no se adoptaron como se debía. Allí, ciudadanos como Iván Ferrer Porras de 73 años edad pensionado de Colpensiones, tuvieron que agolparse en la entrada del Banco Agrario de dicho municipio y exigir una solución inmediata a su situación, ya que “me vi obligado a salir de casa para cobrar por ventanilla. Luego de tener que salir y esperar dos horas pude recibir el pago. Me expuse, pero fue por necesidad”, aseguró Ferrer.
Soluciones que los vuelven más dependientes
Tanto Ferrer Porras como Toro Fernández aseguraron que el trámite les resulta extenuante, que las medidas tomadas por el Gobierno no nos ayudan para nada y que los convierte nuevamente en “niños” dependientes de terceros. “No pensé en terminar mis días así. Creo que si esto sigue, y como dicen que va para largo, me tocará quedarme en mi casa. Tanto trabajo para no poder disfrutar de mi pensión y de mis días libres, me parece injusto”, expresa Toro.
Por su parte, Ferrer asegura que tiene control médico cardiovascular por ser diabético insulino dependiente. “Como el banco jamás atendió mi llamada, opté por hacer un documento para autorizar a mi hijo para reclamar la mesada o la tarjeta y el banco no lo dejó porque el documento no estaba autenticado en una notaría”.
Mientras no se dé a conocer una nueva resolución, lo cierto es que esta población debe permanecer en el aislamiento. Algunos como Carmen Helisa Heredia, de 71 años de edad, comenta que lo ideal es ocupar la mente y retornar a las manualidades.
“Aprendí a tejer hace más de cinco años y hago tendidos para camas en este momento. Me siento feliz porque mis nietos están acá en mi casa y como fui profesora, les he enseñado cosas básicas para niños de cinco años. De todos modos, a veces me preocupa mucho la situación del país”, concluye.