Este año el sector ganadero incrementó sus exportaciones hasta un 217%, principalmente de ganado bovino, su aporte al Producto Interno Bruto (PIB) colombiano fue del 1,9%, lo cual permitió que el sector ganadero se abriera paso en nuevos mercados mundiales.
Aunque por razones ambientales la ganadería extensiva es un problema para el país, quienes dependen de este sector todavía no han logrado desarrollar una actividad con las mismas posibilidades económicas como para que abandonen esta que les brinda estabilidad económica, así lo expusieron el profesor Shawn Van Ausdal y el analista, Juan Ospina.
Sin embargo, es posible desarrollar una ganadería sostenible que contribuya a la economía nacional, pero que también tenga en cuenta la protección ambiental, de la cual no solo dependen los agricultores, sino las especies de fauna y flore que allí habitan.
La ganadería en Colombia
Los pueblos indígenas vivían principalmente de la agricultura y también tenían algunos animales, pero como tal el ganado arribó con la llegada de los europeos a América, quienes consideraban a estos animales como un alimento indispensable.
En el siglo XX hubo un crecimiento demográfico y se vio la necesidad de aumentar la productividad para cubrir la necesidad interna, pero parte de la población también encontró en este sector una oportunidad de negocio para exportar este producto y de esta forma entrar en la economía mundial.
Por esto el docente de historia de la universidad de los andes, Shawn Van Ausdal, cuenta cómo la ganadería se convirtió históricamente en un sustento para los campesinos colombianos, quienes aprovecharon territorios con buen espacio en los cuales podían ubicar animales.
Actualmente se cree que solo hay concentración de ganados en las grandes fincas de reconocidos ganaderos, pero lo que muchos no saben es que los campesinos también se han dedicado a la crianza de ganado en menor cantidad y así obtienen una fuente de ingresos adicional para ellos, quienes no solo dependen de trabajar+ la tierra.
“Es más difícil tener una finca agrícola, a menos que se trabaje cerca a la ciudad, en cambio la ganadería permite invertir en la tierra obteniendo dos ganancias porque la tierra se valoriza” aseguró el historiador.
Rentabilidad
Para el analista, Juan Ospina, “La ganadería tiene una capacidad de mantener una actividad económica moderada aun en condiciones muy adversas y cuando retrocede la actividad agrícola, avanza la ganadera”.
El analista afirma que la ganadería es una actividad de pequeños y medianos productores, no solo de grandes empresarios, ya que los ganaderos con hatos de menos de 100 cabezas representan el 75% de este sector y al igual que la caficultura, es una actividad generadora de la clase media rural colombiana.
También explica que después de los Acuerdos de Paz nacieron muchos proyectos productivos ganaderos por temas de rentabilidad para todos los actores, debido a que el ganado se autotransporta y no requiere de la misma infraestructura que requiere la agricultura, por lo que el ganado puede operar en zonas marginales donde no hay vías.
Sin embargo, la ganadería no siempre es rentable por los desarrollos tecnológicos que posibilitan la creación de nuevas semillas, la reducción en la demanda y problemas relacionados con el medioambiente, así que según Ospina, la tendencia del campesinado es a regresar a la siembra cuando el negocio del ganado no está generando suficientes ganancias.
“Cuando retrocede la actividad agrícola, avanza la ganadera, pero esta actividad es transversal a los pequeños productores porque es un negocio que no requiere tanta mano de obra”, expresa el analista.
Proyecto de Ganadería Sostenible
En el año 2013, se promovió una iniciativa diseñada por una alianza estratégica entre la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGAN), el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (Cipav), el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez (Fondo Acción) y The Nature Conservancy (TNC).
Mediante este se promueve la integración de árboles en la producción ganadera y la conservación de bosques nativos, para reducir el impacto de la ganadería en la biodiversidad, emisión de carbono y uso de la tierra.
Las metas de este proyecto son:
- 50.500 hectáreas de praderas degradadas convertidas a sistemas de producción ganaderos amigables con el medio ambiente, implementados en cinco zonas del proyecto.
- 5% de incremento en la producción de carne y leche por hectárea intervenida en las fincas participantes, con reducción en el uso de insumos externos.
- Mejora de la presencia de diversidad biológica de importancia mundial en las zonas del proyecto, medida por un incremento en el Índice de Servicios Ambientales, resultado de la adopción de Sistemas Silvopastoriles (SSP) amigables con el medio ambiente en las fincas participantes.
- Reducción de la erosión del suelo (toneladas/hectárea) inducida por la adopción de Sistemas Silvopastoriles (SSP), medida en al menos dos áreas piloto.
El Proyecto es cofinanciado con aportes de donación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), administrados por el Banco Mundial (BM), y con aportes financieros y en especie de los cuatro aliados, de los cuales se han beneficiado alrededor de 2.000 fincas de 83 municipios en 5 zonas del país.
Dentro de los principales incentivos para los ganaderos de grandes, medianas y pequeñas fincas que se acojan a este proyecto está: el pago por servicios ambientales (por mejorar el medio ambiente) y asistencia técnica para implementar sus prácticas de ganadería sostenible.