Por: Wendy Daniela Martínez Guerra
Ese día tan esperado por Aldemar llegó finalmente, se encontraría cara a cara con el ex-mandatario. La sesión judicial inició a medio día, cada uno dio su postulación ante la demanda pero, con lo que no contaba Eugenio, era que su opositor llevaba diversas pruebas falsas en su contra que había logrado hacerlas pasar por verdaderas.
Por lo que, para la infortunia del ex mandatario Eugenio, fue sumamente difícil desarrollar la defensa de su caso. Al finalizar la audiencia el Juez ordenó una segunda sesión para terminar de presentar pruebas y hechos que cerraran y dieran conclusión de una vez por todas a ese caso.
Eugenio se dirigió ese día a su hogar, luego de llegar al sitio, entró en llanto, cerró sus ojos y empezó a analizar todas las acusaciones falsas en su contra, sabia que si se presentaba a la siguiente sesión sería acusado aunque era inocente. Fue en ese momento cuando tomó la decisión de huir de inmediato, sin decirle nada a nadie.
El día de la siguiente y última audiencia llegó y Eugenio no se presentó. El Juez lo declaró culpable y prófugo de la justicia con una sentencia de 5 años de prisión. Aldemar se encontraba alegre, pues había logrado su objetivo. Para Eugenio fue el peor día de su vida, se sentía impotente, desilusionado y muy defraudado, él no sabía qué hacer.
Asimilar que tendría que vivir durante 5 años oculto ante la sociedad, su puebloy su familia, fue una completa tortura para él. Pero también tenía muy claro un solo propósito y era dar a conocer su realidad, su lealtad e inocencia ante el municipio de Guataquí, demostrarle a todos y cada uno de los que no creyeron en su inocencia, que él fue una víctima más que cayó en una trampa planeada por sus contrincantes.
Durante 5 años, Eugenio buscó pruebas y testimonios importantes para su caso, los cuales demostraría que absolutamente todo por lo que fue acusado, era mentira y que, durante su mandato, realizó las cosas con transparencia y lealtad ante los Guataquiseños. Finalmente, pasaron los 5 años y el señor Eugenio salió a la luz del pueblo, llevando con él una variedad de argumentos, pruebas y testimonios que comprobaron su inocencia; se dirigió al Juzgado con dichas pruebas; iba tan seguro de sí mismo que, con voz clara y precisa, anunció su inocencia ante el Juez.
Fue un día muy especial para él, ya que sería libre de toda culpa. El Juez juntó a su equipo de trabajo, examinaron las pruebas y llegaron a la conclusión de que él señor Eugenio era totalmente inocente de toda acusación en su contra.
De esta manera dieron su completa y rotunda libertad. Después de todo, se encontró que con los documentos y archivos que había generado el señor Aldemar en contra del ex-mandatario eran falsos, y de inmediato se abrió una orden de captura en contra Aldemar, quién, actualmente se encuentra en proceso judicial.
Días después de su inocencia, Eugenio hizo presencia ante la comunidad guataquiseña, dando a conocer su total y rotunda inocencia ante tal cruel acusación falsa sobre él. La comunidad asombrada, pero feliz e ilusionada a la vez, lo acogió nuevamente; quienes le mencionaron que no pensaban desconfiar en él, sino por el simple hecho de haber huido sin explicación alguna lo creyeron culpable. Eugenio regresó nuevamente en paz y con su nombre intachable ante su pueblo y comunidad, generando gran esperanza, firmeza y confianza.