Recientemente António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) habló en el Web Summit (una conferencia anual de tecnología) sobre otras situaciones que se han hecho visibles a partir de la actual pandemia del COVID-19. Así, Guterres expuso que esta “ha acelerado nuestra dependencia de las tecnologías digitales y ha destacado los beneficios de la conectividad que salvan vidas”.
Manifestó que estos avances digitales “están poniendo de relieve y exacerbando desigualdades de todo tipo, incluida la brecha digital”, puesto que “a quienes no tienen acceso a la tecnología digital se les niegan las oportunidades de estudiar, comunicarse, comerciar, trabajar y participar en gran parte de lo que ahora es la vida normal para la mitad más rica del mundo”.
Colombia, país de desigualdades
De esta forma, se debe tener en cuenta que en Colombia sólo el 67% de los estudiantes de 15 años tienen conexión a internet, el 62% acceso a un dispositivo o computador, y el 29% a software educativo, según una investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Por otro lado, planteó que quienes sí cuentan con este acceso tampoco están a salvo, ya que “la conectividad ha aumentado la vulnerabilidad al daño y al abuso“. Resaltó que “el acoso en línea de mujeres y niñas ha aumentado de manera desproporcionada bajo los cierres de COVID, mientras que las agencias de aplicación de la ley también han informado de grandes aumentos en la explotación sexual infantil en línea”.
Junto a lo anterior, cabe recalcar que según los datos recaudados en Medicina Legal (y expuestos por el Senado), en esta época de pandemia en Colombia se han presentado 10.056 casos de abusos contra niñas, 3.028 contra adolescentes y 3.296 contra menores entre los 6 a los 11 años de edad, teniendo en cuenta que los números pueden ser mayores siendo que a veces las víctimas no se atreven a denunciar porque los abusadores son miembros de su propia familia.
También, presentó a la desinformación junto a la proliferación del discurso de odio en línea como otras situaciones que ahondan en los problemas sociales, indicó que “seguirán socavando la cohesión social y reduciendo la confianza en la ciencia, en las instituciones y entre sí” y que “la pandemia en la sombra de la desinformación sobre COVID-19 también ha puesto en riesgo la salud y la vida y amenaza con reducir la aceptación y la eficacia de las vacunas que están disponibles”.
Finalmente, postuló una hoja de ruta para la cooperación digital con la que pretende “establecer un camino a seguir para trabajar con los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades académicas para conectar, respetar y proteger a todas las personas en la era digital”, en aras de construir un futuro digital próspero, equitativo y justo.