Por: María Camila Rodríguez
En febrero de 2019 la Corte Constitucional promulgó la sentencia c-045 del mismo año, en donde se prohíbe la caza deportiva de animales en todo el territorio nacional, esto, debido al daño y maltrato al que son sometidas las especies cuando se desarrolla este tipo de actos. “La caza deportiva no es expresión de la libertad religiosa, no tiene como objetivo la alimentación, ni la experimentación médica o científica; tampoco el control de las especies; ni se trata de una manifestación cultural arraigada”, indicó el alto tribunal.
Y si bien, la sentencia se estableció a inicios del año pasado, ésta no entró en vigencia hasta el 21 de agosto de 2020, fecha desde la cual, todo acto de caza en Colombia, será juzgado penalmente.
Además de ser un acto que no tiene justificación alguna, y esta mediado por la crueldad humana, varias especies que ya se encontraban en peligro de extinción, se estaban viendo afectas por esta práctica, dentro de estas se encuentran el jaguar, el ciervo, el armadillo, entre otros grupos de aves, primates, e incluso liebres y conejos.
“El sacrificio de la vida de un ser vivo por el hombre es una forma extrema de maltrato en cuanto elimina su existencia misma y es un acto de aniquilamiento. Cuando es injustificada, la muerte de un animal es un acto de crueldad pues supone entender que el animal es exclusivamente un recurso disponible para el ser humano. La caza deportiva, en fin, es un acto dañino en cuanto está dirigida a la captura de animales silvestres, ya sea dándoles muerte, mutilándolos o atrapándolos vivos.”, así lo señala Sentencia C- 045/19.
La decisión ha marcado sin lugar a dudas, un punto trascendental, pues no sólo se trata de salvaguardar la vida e integridad de las especies animales, sino de apelar por la defensa del ambiente y los ecosistemas colombianos que son fuente de vida.