Por: José Nicolás Rodríguez
La narrativa de Mafia III gira en torno a la lucha de Lincoln Clay por construir su propia organización para enfrentar a la mafia italiana. Sin embargo, su camino se ve obstaculizado por la violencia y la corrupción, y por el racismo que toca cada aspecto de su vida como hombre afrodescendiente. Lincoln se enfrenta a la discriminación constante, desde la brutalidad policial hasta las agresiones cotidianas.
A pesar de haber servido a su país con honor, Lincoln se ve obligado a lidiar con la segregación racial y el desprecio de la sociedad. Su estatus como héroe de guerra no le protege del racismo sistémico que impregna la época y el lugar en el que vive.
En los barrios blancos de la ciudad, Lincoln es visto con sospecha y hostilidad. Los habitantes lo miran con desprecio y evitan su presencia. Incluso dentro de la comunidad afrodescendiente, Lincoln se enfrenta a prejuicios. Algunos lo consideran un intruso o un forastero, y otros dudan de sus intenciones.
Mafia III es una obra de ficción, y si bien se basa en hechos históricos, no es un documental sobre el racismo. El juego nos invita a reflexionar sobre un tema complejo y a construir nuestras propias opiniones al respecto.
¿Cómo se ve el racismo en el juego?
Diálogos: Los personajes utilizan con frecuencia lenguaje racista, de forma directa eindirecta. Esto refleja la atmósfera de la época y la naturalización del racismo en la sociedad.
Segregación: La ciudad de New Bourdeaux está segregada racialmente, con barrios blancos y barrios negros por separado.
Microagresiones: Los personajes afrodescendientes se enfrentan a microagresiones, como comentarios inapropiados o suposiciones estereotipadas
A pesar de su final agridulce, Mafia III es una experiencia poderosa y memorable. Es un juego que nos confronta con la realidad de la violencia y la injusticia, y que nos invita a reflexionar sobre las complejidades de la condición humana.