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Disciplina y amor, ¡eso es el arte!

La historia de Nury Viviana Márquez Gutiérrez de 36 años, quien nació en Bogotá. Es psicóloga y egresada de Artes Escénicas de la Facultad de Artes ASAB.

Por: Jineth Valeria Buitrago Bohórquez

Nury Viviana Márquez Gutiérrez tiene 36 años, nació en Bogotá y es la mayor de cuatro hermanos. Es egresada de Artes Escénicas de la Facultad de Artes ASAB – Universidad Distrital Francisco José de Caldas y Psicóloga de la Universidad Konrad Lorenz.

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Nury Márquez
Mi familia por parte de mamá es del Tolima y por parte de papá es de Bogotá. Mi mamá me tuvo cuando tenía 17 años, ellos eran muy jóvenes en esa época y por eso mi mamá tuvo que dejar de estudiar para tenerme. Mi papá y su familia se dedicaban al área de la zapatería y él continuó con eso; tiempo después, junto con mi mamá tuvieron varias peleterías. La imagen que tengo de mi papá, mientras viví con él, es muy buena: yo tenía 10 años cuando se separaron, pero lo adoraba. Yo vivía por los ojos de él, vivimos un año juntos y entendí qué era vivir con mi papá, entonces me fui a vivir con mi mamá hasta los 23 años.

Mis estudios fueron entre colegio público y privado. Crecí en un jardín de la plaza de mercado, luego pasé a un colegio privado, luego a una escuela pública y después a un colegio privado; tuve el mejor ICFES del colegio. Cuando me gradué, empecé a estudiar Ingeniería de Sistemas, estaba en tercer semestre y me iba muy bien, pero por cosas de la vida tuve que cambiar de carrera. Una tía me compró el formulario de la universidad y decidí presentarme para Artes Escénicas, algo que siempre me gustó muchísimo y mis papás me patrocinaban desde que era muy pequeña; desde que tengo uso de razón, siempre he estado en talleres de música y teatro. La primera vez que actué en una obra grande fue a los cinco años, en el León de Greiff, mi papá me llevó. En el Teatro Camarín del Carmen hacían el casting y la única palabra que tenía que decir era “paz”, pero me enamoré del teatro y de la actuación. Siempre he sido una chica hiperactiva, con problemas de atención porque acabo las cosas muy rápido, entonces si no me ponen otra cosa me aburro y por eso mis papás siempre me tuvieron en cursos para tenerme ocupada.


Luego estuve en una escuela de formación artística en la Localidad Antonio Nariño, allí participé en el grupo de teatro y en el grupo de danzas. Cuando todos ellos se presentaron a la ASAB, yo me presenté a la Antonio Nariño a Ingeniería, pero cuando me presenté a la ASAB pasé con uno de los mejores puntajes y desde ahí comencé a estudiar Artes, aunque para mi familia no era bien visto porque yo soy bajita, gordita, y no sería la protagonista de novela; sin embargo, es algo que me apasiona, es algo que me ha llevado a lograr todo en mi vida. Estudiar es una de mis pasiones, me tranquiliza, me calma y siempre estoy estudiando algo nuevo.


He actuado, he hecho mucho teatro, cine, algo de televisión, pero la vida me ha llevado a trabajar con personas en condición de discapacidad, entonces me fui a Barcelona a hacer un postgrado en Teatroterapia y al mismo tiempo hice un seminario de arte y discapacidad. Al regresar a Colombia seguí ese camino y quiero seguir trabajando artes expresivas, artes terapéuticas, por esta razón ingresé a estudiar Psicología, ya esté semestre terminé y estoy pensando en qué maestría voy a hacer. Esa es mi pasión, seguir trabajando en el arte, en cómo puede sanar el cuerpo y la mente, sobre todo de los niños y de las personas con discapacidad. Nunca voy a dejar de actuar porque me apasiona, incluso estudiar Psicología para mí fue eterno porque tuve que dejar de actuar un poco; no soy buena para escaparme de clase, entonces las pocas veces que me tocó escaparme para ir a actuar me sentía culpable, pero lo hacía por mi pasión. Ahora quiero retomarlo, seguir trabajando con las personas con discapacidad y siempre ser la mejor en lo que hago.


Por cosas personales estuve alejada de mi familia un tiempo, pero ahora estamos juntos de nuevo, los amo y son lo más importante que tengo. Mis hermanas, mi hermano que fue al único que no tuve la oportunidad de ver crecer. Las prioridades de mi vida por orden de importancia soy yo, mi familia y mi profesión; me pongo primero porque algo que aprendí desde que salí de casa es que, si yo estoy bien, puedo trabajar para que mi familia esté bien, entonces primero debo quererme y cuidarme para proteger y cuidar de ellos. No me caracterizo por ser muy cariñosa, en general mi familia es poco cariñosa en cuanto a manifestarlo, pero sabemos que, si algo nos pasa, siempre vamos a estar ahí. Soy una mujer de 36 años, afortunada de tener la familia que tengo y cada día más enamorada de la vida, de la actuación y de lo que soy; no me arrepiento de nada de lo que he vivido, lo volvería a vivir otra vez, tanto lo bueno y lo no tan bueno, porque eso me ha enseñado a ser mejor mujer, mejor persona y mejor profesional.

Sara Gutiérrez – Madre
Nury nació el 28 de febrero de 1984 a las 4:10 de la mañana en la Clínica San Rafael. Desde el primer mes de nacida estuvo en el jardín, casi siempre ha estado estudiando, siempre ha sido muy participativa, le gusta mucho la danza, la actuación: su primera obra fue a sus cinco años. Se graduó del colegio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro a los dieciséis años y empezó a estudiar ingeniería de sistemas, pero se dio cuenta que no era lo suyo: yo no tenía cómo costearle la universidad, y le decía que la gente no podía vivir del teatro, yo no estaba de acuerdo. Sin embargo, siguió su sueño y desde pequeña participó en diferentes actividades artísticas en el Barrio Restrepo para luego hacer la carrera profesional en la ASAB. Después, con un préstamo del ICETEX logró irse para España un año a hacer una maestría en Teatroterapia y cuando regresó empezó a estudiar psicología.


Ella ha actuado mucho, en Mujeres realizó una actuación impecable, actuó en Vivir Como Cerdos, una faceta cruda sobre los pecados capitales, actuó en La Reina del Sur, Sala de Emergencias, La Virgen de las Mercedes, Nadie es Eterno en el Mundo, Cantares desde la Caverna, Tu Voz Estéreo y Ciudad Encantada.


Siempre le ha gustado mucho el patinaje, la natación, estudiar y leer mucho. Se fue para el Amazonas un mes y trabajó con indígenas; también trabajó en la Fundación Renacer en convenio con IDILPRO que acoge a los niños víctimas de violencia sexual, vulnerables y en situación de abandono; fue maestra en el LICEO VAL, en la Universidad Nacional y en la Fundación Universitaria Los Libertadores como docente de teatro, y actualmente trabaja con niños con Síndrome de Down en la Escuela Casa Actores. Sé que va a ser una gran Psicóloga.

Juan Gutiérrez – Hermano
Nury ha sido una chica alegre, trabajadora y disciplinada, eso es lo que admiro de mis hermanas. Algo que me enseñó de chiquito es que si uno va a hacer algo lo tiene que hacer bien, siempre fue muy dedicada con todo, además es con la hermana que mejor me llevo porque siempre me trató muy bien, no sé si porque era el menor, pero siempre nos hemos llevado muy bien, porque es normal que haya diferencias entre hermanos. Otra cosa que admiro mucho de ella es que siempre ha apoyado mucho a mi mamá: en la casa ayudaba con lo que trabajaba y eso es algo que respeto.


En cuanto a la actuación, una actriz brutal, definitivamente muy infravalorada porque muchas veces en este país no se valora lo suficiente el arte. Una de las obras en que ella estuvo, que recuerdo bien fue ‘Mujeres’, donde hizo tres papeles; de las otras obras tengo recuerdos vagos, pero la admiro mucho. Es muy chévere su energía, su actitud, y algo muy importante es que apoya a los demás, incluso trabaja con los chicos con Síndrome de Down, los apoya mucho, se le da muy bien.


Cuando se fue de la casa tenía prácticamente dos maletas, le tocó muy duro, pero salió adelante; el respeto que tengo para ella es inmenso. Algún día quisiera devolverle todo lo que ha hecho por mí, me ayudó a pagar mi carrera, Ingeniería Electrónica, no la continué pero ella me ayudó bastante. Mucho respeto y amor es lo que tengo para ella; puedo decir que es mi heroína.

| Nota del editor *

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