Por: Daniel Rojas Chía
La música, uno de los mejores canales de emociones, en cuyo alrededor se pueden contar grandes historias que incluyen leyendas, encareciendo sonidos que nunca envejecen y siguen existiendo cuando nuevos oídos los escuchan.
De esto es consciente el director de Disco de oro, Timothy Scott Bogart, hijo del eje de la historia de la película Neil Bogart, que cuenta la historia del padre del director, un judío de clase baja que se convirtió en millonario como fundador de Casablanca Records en 1974, a quien se le atribuye el descubrimiento y cuidado de algunas de las mayores estrellas de la música como KISS, Parliament, Donna Summer y The Village People. Estos son sólo algunos de los grupos y cantantes que estaban en la lista de Casablanca Records, uno de los sellos más importantes en la cultura pop de los años 70.
La cinta cuenta cómo, entre altibajos, se logró el éxito de la disquera, en particular cómo lo hizo Neil Bogart (Jeremy Jordan), así como quienes surgieron a su alrededor como amigos, familia, y bandas que en un principio no eran importantes; papel fundamental cumple su amante, Joyce Biawitz (Caitlin FitzGerald). La cinta muestra los excesos tan típicos del momento histórico y de la industria.
Este biopic, con momentos de musical, lleva al espectador a rememorar grandes canciones cuyo eco todavía escuchamos, acompañadas de escenas que intentan ser memorables, pero que la canción que aparece en el momento por si misma podría impulsar la narrativa. Da la impresión, de igual manera, que algunas escenas tuvieron que solucionarse sobre la marcha, y tampoco se ven arcos narrativos sólidos, que centran demasiado la historia en Neil Bogart.
Los enfoques que busca el director se convierten en un homenaje constante a su padre y al padre de su padre, dejando por momentos al margen la música, que se supone es el eje central de la película. No deja de ser atractiva la aparición de bandas como Kiss en sus más emotivos inicios, o la canción que lanzó al estrellato a Donna Summer, la inmortal Love To Love You Baby, en mi opinión, la mejor secuencia de la película en la orgía musical en la casa de Bogart en los Ángeles.
Disco de Oro es un reflejo de este mundo que siempre parece colmado de drogas y de dificultades, que con mucho esfuerzo y empeño puso a Casablanca Records en un lugar en la historia. También vale la pena señalar que cuenta con actuaciones convincentes pero ninguna memorable.
Una cinta que necesita que su público comparta la emoción de las canciones que allí se muestran para que pueda tener ritmo, porque de lo contrario es difícil encontrarlo y ser parte de la trama. Si alguna vez las canciones que se presentan en la cinta han hecho parte de la película, la puede disfrutar, de lo contrario, puede que le cueste adentrarse en ese mundo discográfico de los 70s.