Por: Angie Ximena Carreño Velásquez
Yesid Ortiz es cantautor de la música llanera, que nació el 11 de enero de 1975. Sus padres fueron Hernán Ortiz y Leonor Tarache. Sus inicios musicales se remontan a 1987, cuando a la edad de 12 años, se motivó por la música regional llanera. Sus primeros pasos los dio presentándose como participante en diferentes festivales estudiantiles y parrandos sabaneros. Al poco tiempo incursionó en festivales de talla nacional e internacional, donde logró varios triunfos, tanto en Colombia como en Venezuela. Yesid Ortiz es uno de los más destacados cantautores llaneros de Colombia, junto a otros exponentes de la canta criolla como Orlando “El Cholo Valderrama”, Walter Silva, Dumar Aljure y Juan Farfán. Su primer trabajo discográfico fue producido en la República de Venezuela en 1998, titulado “Amores de Coleadera”. En 2001 fue ganador como mejor compositor en el “Cimarrón de Oro” (el festival más importante de música llanera), y por estas razones Ortiz ha sido orgullo llanero para la región de la Orinoquia Colombiana.
Sandra Milena Carvajal Vargas, 37 años. Ex-esposa: A Yesid Ortiz lo conocí en 1997, justamente en una reunión: él estaba cantando, yo escribía poemas en esa época, y esa noche nos convertimos en amigos, y fue un maravilloso encuentro. Él me conquistaba escribiéndome canciones, poemas, cantándome pequeños versos, llevándome una que otra rosa y detallitos, así, hasta que un día me invitó a salir; yo le correspondí, vi que estaba nervioso, hasta que se decidió a decirme que si quería ser la novia: yo con gusto acepté. En esa época yo estaba cursando noveno grado de bachillerato, y él me ayudaba hacer mis tareas, me ayudaba dibujando, y en eso era muy bueno.
Al pasar los años nuestra relación se convirtió en algo más estable. Unos meses después de casarnos quedé embarazada, y era de una hermosa niña, que llamamos Malena: yo creo que sin ninguna duda, el mejor momento de su vida fue cuando pudo tener a su hija entre sus brazos, cuando Malena dijo papá por primera vez, y tres años después volvió a sentir la misma experiencia cuando nació nuestro segundo hijo, Adrián, creo que esos fueron momentos muy especiales, más los relacionados a su vida artística, como resultado de los esfuerzos que hizo por salir adelante con su música.
Yesid me dedicó miles de canciones, porque él era muy especial conmigo, muy detallista, pero existe una canción en especial cuya letra se refiere a mí y a los niños que dice:
Tiene una trigueña elegante, que ave María por Dios santo, con unos ojos bonitos claros como el sol de marzo, con dos retoñitos inquietos.
Esta canción hace referencia a mí, a mis ojos claros y a sus dos retoñitos, Malenita y Adriancito, como llama a sus hijos de cariño.
Uno de los momentos más duros para Yesid fue enterarse que su hija tenía Cáncer. Otro fue cuando perdió a sus dos padres al mismo tiempo: yo vi a ese hombre con la mirada triste y partida, en sus ojos se reflejaba un dolor y una tristeza, pero a pesar de tener este dolor se llenó de fuerza para afrontar el momento de la pérdida de sus dos padres, y de esa forma tratar de hacerlo un poco más llevadero para su familia, darles fuerza para que también pudieran afrontar ese dolor. Yesid se ha caracterizado por ser un hombre muy fuerte ante las adversidades que le ha presentado la vida; la primera vez cuando nos notificaron que nuestra hija tenía Leucemia-Nifonblactica, cáncer en la sangre, aunque para él eso era terrible, un golpe tan duro, yo nunca lo vi llorando, yo siempre lo vi fuerte como un roble. Él es muy devoto a Dios a quien le pedía que le diera lo mejor a su hija para que superara esto. Con el alma rota y el corazón hecho pedazos sacaba fuerzas para alegrar al público, cuando en su interior estaba desecho.
Adrián Yesid Ortiz Carvajal, 17 años. Hijo: Mi padre es una persona honesta, honrada, respetuosa, trabajadora, y lo que más me enorgullece de él es el cariño y afecto que le brinda a su público y seguidores. Tengo un recuerdo muy presente en el cajón de mi memoria: fue el momento cuando me enseñó a montar a caballo; desde pequeño me interesaron los caballos, las vacas y las cosas del campo, pero en el caso de los animales les tenía temor a tocarlos o a montarlos, porque pensaba que me iban a lastimar. Mi padre me habló y me dijo que no debía tener miedo de esos animalitos de Dios, y para que yo tuviera más confianza se montaba conmigo y me decía cómo utilizar las riendas para que el caballo no me tuviera miedo.
Una de las canciones más escuchadas y reconocidas de mi padre es “Mi Rancho”. En esta canción relata un poco de su historia, de su infancia y de todo lo que ha tenido que pasar. Para mí esta canción es muy significativa, porque me cuenta un poco de lo que no conocí de mi padre, y es muy bonito que tantas personas se sientan identificadas con este trabajo; allí también cuenta un poco del proceso que vivió para convertirse en lo que es actualmente, un cantante reconocido aquí en el llano, y cómo a pesar de no tener mucho dinero, ha logrado todo lo que se ha propuesto.
Julieth Malena Ortiz Carvajal, tiene 20 años. Hija: Mi padre es una persona digna, honrada, honesta, es una persona con la cual se puede contar. A pesar de que en mi infancia, en ocasiones no podía verlo por su trabajo, sabía que él iba a llegar a llenarme de felicidad. Escuchar su voz o ver su cara, era la emoción más grande que podía sentir: no encuentro las palabras para describir y expresar el amor tan inmenso que le tengo a mi padre. Es un gran cantautor, y en las letras de sus canciones destaca ese amor tan inmenso que le tiene al llano, por la belleza de la fauna y flora, por sus raíces: es una persona maravillosa porque nunca se olvida de dónde viene y para dónde va.
Mi padre tiene una canción que yo destaco más que las demás y es la tan nombrada “El Recuerdo de mi rancho”, porque tocó el alma de sus oyentes y de la familia Ortiz; allí habla de las raíces de la familia con esa humildad que lo destaca, por la manera como describe a mis abuelitos, a mis tíos, personas guerreras, luchadoras, llenas de pasión y de amor por su llano hermoso, como él: he notado que ese amor que le florece lo deja reflejado en cada una de sus canciones.
Decir el nombre de mi padre me lleva un momento muy importante, uno que nunca olvidaré, y es cuando me enfermé y soy diagnosticada con Cáncer: ese día él estuvo ahí conmigo, a pesar que debía viajar porque tenía presentaciones. Por entonces él viajaba desde tan lejos, como de Bogotá a Yopal, y a otras regiones del país; no podía dejar de lado sus deberes, porque tenía que cumplir con sus presentaciones, y a pesar de eso, siempre estuvo a mi lado, muy atento conmigo: me preguntaba cómo estaba, qué necesitaba, y sacrificó el descanso, para estar siempre a mi lado. No le importaba trasnochar por mí, y no pude a ver pedido otro padre, pues es el mejor padre que Dios me ha podido conceder.