Richard Chavarriaga no se salva del trancón ni siquiera levantándose a las 3.30 de la mañana para cruzar la ciudad. No. No se salva.
Este manizalita, quien logra el sustento de su familia con la venta de comida rápida en inmediaciones de Uniminuto, cerca de la calle 80, encuentra proveedores para sus productos en Usme, en el sur de la ciudad, habitando él en el sector de Engativá.
Por eso se levanta tan temprano, toma su moto y sale en busca del producto básico de su trabajo. Y de ida, no le va tan mal… Son más o menos 45 minutos de trayecto. Pero al regreso, la cosa se complica como nos lo cuenta en el audio adjunto. Entonces debe de manejar con atención, frenar, e intentar avanzar de la mejor manera conservando la calma al máximo posible.
No siempre lo logra, como tampoco los cientos de usuarios de TM que ve pasar al frente de su puesto de venta, tras soportar los trancones, las demoras, el empujón, la impaciencia que provoca un sistema de movilidad que seguimos soñando sea cualificado cuanto antes, y antes, por supuesto, del siguiente aumento en la tarifa.
Por eso Richard también narra que al salir con sus hijos y la esposa, y por supuesto, sin tener cabida en la motocicleta, la sensación no es tan chévere. La movilidad en Bogotá es demasiado compleja. Altera los sentidos de la mayoría.
Por eso Richard se siente más tranquilo por fuera del trancón, que dentro de él. Por eso respira profundo e intenta regalar calma a los compradores que encuentran al frente de su puesto una banca para descansar y disfrutar de un alimento agradable.
Por eso, aún con el agradable contenido del espacio matutino de Uniminuto Radio 1430AM., estar por fuera del trancón resulta mejor, sin duda alguna. Así lo enfatiza en el diálogo sostenido.