Ruby Gonzáles es una líder social del municipio de Baraya, la comunidad la reconoce por su aporte como madre comunitaria y profesora. La historia de su vida está llena de satisfacciones, pero también, de difíciles circunstancias que ha tenido que superar. En su vida tuvo que enfrentar uno de los episodios que más la ha marcado. Una situación que la llevó a comprender que todo puede cambiar en cuestión de minutos, pero aún así, no hay que desfallecer.
Ruby es madre comunitaria desde muy joven, le nació servir y brindar el amor al prójimo. Ese siempre fue su sueño.
La comunidad vereda Patía municipio de Baraya , destaca el papel de Ruby como madre comunitaria:
Todo cambia en Minutos
El 3 de septiembre del año 1993, un mixto con número de servicio 03 partió a las 8 de la mañana con rumbo hacia el municipio de Baraya. Ruby estaba en ese servicio como pasajera, pasaría los próximos 4 días en capacitación como mensualmente le correspondía por su trabajo de madre comunitaria.
“En esta oportunidad no era una obligación, ya que me encontraba en la dieta con mi hijo que tan solo tenía 20 días de haber nacido, pero la responsabilidad y amor por mi trabajo lo valía todo”, relata Ruby sobre ese día.
Al llevar 45 minutos de viaje el mixto refleja un sonido raro, el conductor de la chiva Santiago Bermeo en seguida informa que acaban de perder los frenos y grita: “por favor ténganse muy duro”. En esos segundos, todos se aferran con fuerza a la vida.
Enseguida el carro voltea abruptamente a mano derecha. “No perdí mi conocimiento porque sabía que mi mayor bendición también había sufrido el accidente, no lo escuchaba y tampoco veía la persona a la que se lo entregué. Fueron segundos de pánico solo le pedía a Dios por él. Pasaron treinta minutos del accidente y yo seguía debajo de la pacha derecha del mixto con mi brazo derecho cogido, porque la única manera de mover el mixto era con un gato”, relata la mujer.
Al llegar la ambulancia y las personas encargadas de mover el mixto, aumentaron los esfuerzos para hacer dicha atención lo antes posible. En ese momento lo único que pide Ruby es que la maden señales de vida de su hijo, ya no aguantaba más la incertidumbre. “Pasaron cinco minutos de la búsqueda y la tía Ofelia se acerca y me dice que no me preocupe por el niño, él está bien solo sufrió un rayoncito en la cara. Instantáneamente proceden hacer levantamiento del mixto para poder auxiliarme”, recuerda con nostalgia. “En ese momento no sentía dolor, mi brazo colgaba de un cuero y lo único que hacen es vendármelo, al llegar al hospital del municipio de Baraya el doctor encargado ordena la remisión lo antes posible. Me explica lo sucedido, pero me pide calma, aunque no fuera tan fácil de obtenerla”, narra Ruby. En todo el transcurso de viaje hacia la ciudad de Neiva la ambulancia se sentía más en el aire que en la tierra por la velocidad.

Al llegar al Hospital Universitario de Neiva , el dolor la empieza a despertar. Los doctores instantáneamente ordenan una junta médica para definir el proceso a seguir y es así como a los 15 minutos de haber llegado, sin la presencia de algún familiar y sin nada , le informan que tienen que realizar la amputación de su brazo. Era lo mejor, de no ser así lo probable es que cogiera una cangrena que le cueste la vida, según dictamen del doctor.
En ese momento solo se esperaba la llegada de un familiar para firmar la orden de la operación. Minutos consecutivos llega su madre y el esposo. Al hablarle con mucho llanto, su madre se informa con los médicos de todo el proceso y le dice: “Por el bien de ella tiene que firmar para dicha operación y que por favor no la valla a juzga, ni a odiar”.
La comunidad donde Ruby presta el servicio, recuerda aquel momento vivido.
Una operación exitosa
Ruby es sometida a una operación. Le realizan la amputación de su brazo derecho. A partir de ese momento, Ruby se hizo a la idea que su brazo derecho nunca más estaría con ella, una parte de su cuerpo no estaría por el resto de su vida.
Fueron tres meses de desesperación tristeza, impotencia y demás. En todo este tiempo, las fuerzas para super ese episodio se las daba su hijo. “Mi bebe era la visita más esperada todos los domingos, mi esposo lo traía para ir al 6 piso a la santa misa y así fue como complete mi hospitalización. Llegaba la hora de enfrentarme al mundo y saber lo que me esperaba de ahora en adelante”.
Ruby junto a su familia tomó la decisión de viajar a la ciudad de Bogotá para recibir las mejores terapias que durarían 6 meses de adaptación a su prótesis. Todo este largo tiempo, fue triste, pues no lograba adaptarse fácilmente, “no era fácil amarrarme un zapato con una mano que con dos, ni mucho menos escribir.”
Fueron exactamente 9 meses de recuperación. El 5 de julio de 1994 retornó a la comunidad, así lo recuerda en la vereda.

La comunidad reconoce el papel de Ruby como líder, agradecen y recuerda a esta gran profesora , madre y amiga .
Son múltiples las personas que han crecido con su cuidado y la recuerdan como una mamá ejemplar.
Ruby evidencia que a pesar de sus años y pruebas que le ha puesto la vida, nunca se ha dado por vencida. Día tras día demuestra que no hay obstáculo en la vida cuando quieres salir adelante. Por eso sus hijos, le agradecen a Dios por haberle regalado la madre más hermosa y maravillosa de este mundo.
