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Elecciones 2022: Entre el fraude y el error

El asentamiento de la democracia en América Latina debe poner a las elecciones como medio para la participación ciudadana y la transparencia política. Propiciando confrontaciones pacíficas de pensamiento, Estados políticamente menos violentos y más garantías de democracia; sin embargo, a lo largo de numerosos períodos políticos en todo el territorio americano, esta conceptualización ha quedado relegada.

Por: Andrea Daniela Amaya Salamanca

Se ha normalizado el hecho de cuestionar los resultados electorales por sospechas de irregularidades, compra de votos, alteración de resultados, implicación de voto fraudulento, entre otros, que han estado presentes en diversas democracias, desde Brasil, pasando por México, Venezuela y llegando a la tierra cafetera: Colombia. 

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Tras la jornada de elecciones legislativas el pasado 13 de marzo, las alarmas por irregularidades se dispararon, la Misión de Observación Electoral (MOE) reportó 1.088 denuncias en todo el territorio colombiano, esto, por medio de “Pilas con el voto”, plataforma que la entidad destinó para la recepción de denuncias. Cabe resaltar que solo era la punta del iceberg, pues tiempo después diversas denuncias tomarían mucha más fuerza. 

La historia del “Histórico Fraude” 

El resultado final del conteo de votos dejó muchos sinsabores, pero también despertó sospechas de posibles fraudes incurridos en la recepción de resultados: Formatos E-14 con tachones, números sobrepuestos sobre los asteriscos de las casillas, sumas imposibles e incluso mesas en las que no se evidenciaban votos. 

(Imagen 1 y 2) Formatos E-14 de la consulta presidencial con enmendaduras en los números. Tomadas de la Registraduría Nacional. 

El partido político Pacto Histórico fue el más afectado, con 29,000 mesas en las que no llegaron a registrar ningún voto. Frente a esto, el registrador nacional Alexander Vega aseguró que se debió a errores en el escrutinio de los formatos E-14 que va a Claveros (personas encargadas de dictaminar la palabra final en los conteos), manifestando que fueron errores de los jurados y del actual sistema de votación, pero que no era sinónimo de fraude electoral.  

A pesar de esto, los partidos políticos, testigos electorales, voluntarios y abogados, realizaron un reconteo de votos, comparando las actas escaneadas y las que aparecen en la página de la registraduría. Dando como resultado 390.000 votos recuperados para el Pacto Histórico, sumándole 3 curules más al Senado, quedando con 19 en total. Asimismo, el Partido Liberal recuperó 4.450 votos y El Nuevo Liberalismo llegó a 22.948 sufragios más, esto según la información presentada por los mismos partidos y el número final de mesas escrutadas por parte de la Registraduría Nacional. 

Alejandra Barrios, directora de la MOE, explicó por medio de declaraciones que, este tipo de hechos, “denota una falta de capacitación o más bien, se requiere una revisión de la metodología de cómo se está capacitando a los jurados de votación”. 

Es claro que el método de votación en el país deja mucho que desear, dadas las grandes inconsistencias y confusiones evidenciadas, en este y en periodos anteriores. La necesidad de reformar la estructura electoral se hace latente, el diligenciamiento a mano de formatos por parte de los jurados es ineficiente, debido al margen de error que presenta.  

Sin embargo, Barrios aseguró que, también existe la posibilidad de que jurados de votación de manera dolosa, alteren o anulen votos de la postura política con la que no están de acuerdo. Por lo que los resultados que van a Claveros no llegan a ser fidedignos, ni se alinean con los votos de las urnas. 

Claro ejemplo de esto fue la declaración de Suani Bessudo, nieto del presidente de Aviatur Jean Claude Bessudo, el joven fue jurado de votación y por medio sus redes sociales, confesó que efectuó 3 delitos electorales, según La Unidad de Recepción Inmediata para la transparencia electoral (URIEL), Bessudo habría incurrido en los delitos de: engaño al votante, complicidad de voto fraudulento y mora en la entrega de documentos relacionados con la votación. 

Expresó por medio de su video que no entregaba certificados electorales, o de serle solicitados, cambiaba nombre y número de cédula, además de entregar tarjetones de “Fico o el Centro Democrático”, como describe. Añadió en su video que: “mucha gente no se dio cuenta, porque no sabían ni siquiera por quién votaban. (…) De nada Colombia, me lo deben”. Las autoridades electorales y judiciales notificaron el hecho y se espera que tomen las medidas correspondientes. 

Además, se evidencio que Sara Rendón, quien también fue jurado de votación, publicó en sus historias de Instagram 2 fotos en las que, al parecer, incurrió en delitos electorales. Rendón expresó en su foto: “Toda la primera línea está votando en mi mesa, estoy segura”, seguida de esta, expresó en la siguiente imagen: “Voto petrista que veo, voto petrista que anulo”.  

(Imagen 3) Imágenes sacadas del Instagram de Sara Rendón 

Estos actos fracturan profundamente la confianza en los jurados de votación, entes que deben asegurar la transparencia y neutralidad democrática en las elecciones, sin inclinaciones ideológicas personales. 

Frente a hechos de ilegitimidad y corrupción electoral, Oscar Useche, director de INNOVAPAZ-UNIMINUTO, instituto enfocado en la Investigación y construcción de paz territorial, enfatiza en que: “Es una de las de las razones por las que nuestro sistema electoral, nuestro sistema de sufragio, sigue siendo tan débil: porque no responde a las exigencias que debería tener una sociedad democrática”. 

Una serie de hechos desafortunados 

Los resultados electorales están en boca de toda Colombia, principalmente por la sospecha de fraude. Los medios de comunicación tienden a mostrar la información que impacta y los titulares que atraen, otros pocos se toman el tiempo de contextualizar y explicar lo que realmente pasó y la profunda grieta que esto ocasionó en la confianza democrática del país. 

Alejandra Barrios estableció que todo se basó en el escalamiento de hechos que, uno tras otro, dieron como resultado la infortunada realidad que se ha evidenciado desde aquel 13 de marzo. 

Barrios expone que hubo problemas en el diseño de los formatos E-14, ¿el porqué? El registrador nacional Alexander Vega no efectuó su debida revisión en las mesas técnicas, las cuales son espacios en los que encargados electorales, revisan a profundidad la diagramación de los formatos, para su efectiva comprensión por parte de la ciudadanía y de los jurados de votación.  

Otro factor que aborda es que, debido a dicha negligencia en la diagramación, los partidos con listas cerradas, es decir, aquellos que no tenían números de candidatos, terminaron estando al pie de página de los formatos. 

De este modo pasa al siguiente “gran error”, como lo describe, y es que, los encargados de transmitir telefónicamente la información de los resultados de las mesas de votación a la registraduría pasaron por alto informar los resultados de las listas cerradas que aparecían al final de los formatos, entre estos el Pacto Histórico y el Nuevo Liberalismo, debido, nuevamente, al diseño desacertado de estos. 

Luego del escrutinio fueron evidentes todos los errores, es entonces que, inician los reconteos. Incluso, el registrador nacional solicitó al Consejo Nacional Electoral (CNE), hacer un reconteo total de las elecciones. Proceso que sería prácticamente imposible, dado que al final de la jornada de sufragio, se destruye material electoral necesario para realizar el conteo de votos. El 22 de marzo fue rechazada la solicitud, dado el bajo apoyo de los partidos políticos, exceptuando al Centro Democrático, Verde Oxígeno y el Movimiento Salvación Nacional que sí apoyaban la idea. 

Frente a esto, Barrios asegura que los votos están, solo hace falta escrutinarlos adecuadamente por medio del reconteo, aclara que este es un proceso que lleva tiempo, y que, incluso para después del 20 de julio de 2022 -día en que se posesionan los candidatos elegidos al Congreso- seguirán saliendo resultados de los escrutinios. Aconseja, asimismo, que las Comisiones Escrutadoras sean autónomas en su funcionamiento y reconteo. Además de propiciar desde la MOE mejores procesos y resultados para próximas elecciones. 

Delitos electorales: ¿Ya se veían venir? 

“La democracia intenta desmontar, hasta donde esto es humanamente posible, la violencia como un expediente político.” tal como lo afirma José Woldenberg, político y académico mexicano. Y es que los actos antidemocráticos también son una forma de violencia, una que ataca el progreso político, y la libertad electoral en Colombia. 

Justo como lo describió Alejandra Barrios en declaraciones de prensa, toda la situación electoral que hoy aqueja a la sociedad colombiana, pudo haberse evitado, y pensado mejor. Queda entonces la enseñanza para futuras contiendas. 

No obstante, hubo otro tipo de precedentes que pusieron en riesgo las elecciones, incluso meses antes de que estas se desarrollaran. El 31 de enero del presente año, casi un mes y medio antes de toda la odisea electoral, la procuradora Margarita Cabello Blanco anunció una alarma electoral debido a la inscripción inusitada de cédulas en varios municipios de Colombia. 

Según el informe “Mapas y factores de riesgo electoral-elecciones nacionales 2022”, realizado por la MOE, se establece que Toribío y Jambaló (Cauca), se encontraban en riesgo electoral extremo por el ítem ‘Consolidado de Violencia’. 

En gran medida esto se debe al conflicto armado y la violencia presente en estos territorios, sumándole la falta de pedagogía electoral. Indepaz, en el informe “Riesgo electoral extremo en Nariño: el reto de hacer campaña por la paz en zonas de guerra”, establece que: “existen estructuras armadas presentes en el territorio tales como el Ejército Libertadores del Sur (ELN), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y otras estructuras disidentes también con una importante capacidad bélica.”.  

Este tipo de hechos afectan profundamente el ejercicio del voto libre y autónomo. Por cuestiones de intereses de poder, narcotráfico, miedo infundado y desinformación. Esto demuestra un acercamiento al porqué de la inflación de inscripción de cédulas, por encima del porcentaje poblacional de estos municipios. 

Otro factor importante en cuanto a los precedentes de las irregularidades y los delitos electorales es el contraste con las elecciones de 2018. La MOE recibió 2.482 denuncias para las elecciones a Congreso y 2.119 registros en las presidenciales. Debido al uso indebido de datos personales y las irregularidades en el escrutinio, recordando en este punto la famosa polémica desatada por los formularios E-14 con enmendaduras y tachaduras. Caso que, irónicamente, se repite 4 años después. 

Ciudadanía, la semilla del cambio 

Del 16 al 21 de marzo el hashtag “#FraudeHistórico” estuvo en tendencia en Twitter Colombia, la ciudadanía se hizo sentir en redes sociales, varios rechazaron las irregularidades, mientras que otros invitaban a realizar denuncias o ser voluntarios del reconteo de votos. Se demostró que la indignación no se quedó solo en lo digital, como sí sucedió en las pasadas elecciones de 2018. 

Venimos de tiempos difíciles, de promesas políticas fallidas, de miedos implantados, de estar cara a cara con realidades no vistas antes. Es claro que la mayoría de los colombianos ya no dejará en manos ajenas su futuro, haciendo válido su sentir por medio de las urnas. Es así como, de acuerdo con la Registraduría, de los 9.7 millones de colombianos que salieron a votar en las contiendas de 2018, se aumentó a 12.2 millones este año, bajando la abstención un 4.93%, ya que en 2018 fue del 73,5% y este año, del 68.7%. 

Cabe resaltar que las condiciones sociopolíticas y económicas de muchos otros colombianos imposibilitan su autonomía electoral, debido en gran medida al conflicto armado y la falta de educación política. 

A pesar de esto, la necesidad de cambio es latente, y con justa razón después de lo ocurrido en el estallido social de 2021. “Hay un divorcio cada vez más profundo entre la democracia que se construye con los ciudadanos y ciudadanas en los barrios, en los sitios de trabajo, en las regiones y en los territorios, con las formas que hemos adoptado de representación en la gran política.” establece Oscar Useche, Doctor en Paz, Conflictos y Democracia. 

Queda entonces la tentativa para las próximas elecciones presidenciales del 29 de mayo. “Si la democracia electoral culminará en un proceso de construcción ciudadana desde abajo, donde la gente se sienta respetada, digna y con derechos. Sin duda, el proceso electoral tendría mucho más significado.” Añade Useche. 

| Nota del editor *

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