El invitado explica que los estudios sobre el Covid-19 no son exactos, por lo cual, aunque se han realizado ensayos clínicos todavía no hay una cura efectiva y por el momento todo depende del autocuidado y de acatar las medidas pese a lo que digan los medios de comunicación.
También se refirió al manejo de la pandemia en Bogotá y considera que las aglomeraciones en el sistema de transporte masivo y el incumplimiento en los aforos permitidos, hacen que la cifra de contagios en la ciudad sea cambiante, mientras que en otros países las personas han adoptado medidas de control.
“Cuando aparece una noticia de que salió una vacuna, la gente cree que esto se acabó y las personas se relajan”, afirmó Triviño.
En otro momento, el doctor manifestó que los países cometieron errores como por ejemplo, no tratar adecuadamente al virus para minimizar su impacto, adquirir elementos pensados para los pacientes más graves y en el caso de Colombia no se presentaban a tiempo los resultados de las pruebas PCR.
“Todos los países trabajaron para la muerte y no para la vida. A los virus hay que tratarlos porque la virosis no se cura”, aseguró el invitado.
Por lo anterior, los investigadores nacionales descubrieron que el virus entra a las células para reproducirse, pero al insertar una molécula antioxidante en las células posiblemente el virus no se replicaría.
Desde entonces ensayaron con el fluimucil, un medicamento que reduce el impacto del virus e iniciaron probándolo con aquellos que no tenían el virus. Y utilizaban dósis más altas con aquellos pacientes que tenían enfermedades mórbidas, el problema es que varias vidas se perdieron ante el desconocimiento de la dosis adecuada de fluimucil para tratar la enfermedad.
“El medicamento no garantiza que no le dará covid, pero sí que no se reproducirá tan fuerte o serán asintomáticos”, explicó el invitado.
Para Triviño, retornar a la vida como la conocemos tardará al menos dos años debido a la exposición de la humanidad al virus, la falta de una vacuna garantizada, la inequidad a la hora de repartir el medicamento cuando sea creado y la falta de elementos adecuados para transportar la cura.
Y opina que no confía en los resultados de la vacuna de Pfizer, porque solo resultó en el 50% de las pruebas, no fue probada en pacientes con morbilidades, por lo que no se conocen todos sus efectos en totalidad y puede ocurrir daños neuropáticos como en los demás prototipos de vacuna.
Por esto, invita a las personas a continuar con las medidas de bioseguridad mientras que los investigadores crean una vacuna efectiva y los gobernantes del mundo deciden cómo van a repartirla en sus países.
“Curar el virus no depende del presidente, sino de las fuerzas políticas del mundo que tienen que saber cómo distribuirlas”, añadió el invitado.
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