Por: Camilo A. Castillo
El pasado martes 21 de enero, Bogotá fue testigo de una nueva jornada de manifestaciones y bloqueos en el marco del Paro Nacional del #21E. Las decenas de protestas que se desarrollaron a lo largo de la ciudad sirvieron para probar los nuevos protocolos de seguridad que se implementarán durante manifestaciones y con los que, según la alcaldesa Claudia López, buscan “garantizar el derecho a la protesta social y priorizar el diálogo”.
Los nuevos protocolos anunciados por la administración distrital, la semana pasada, fueron puestos en marcha sobre las 7 de la mañana cuando un grupo de jóvenes bloquearon la Avenida Suba y otros puntos de la ciudad, lo que motivó la activación de la nueva estrategia.
Según el reporte entregado por la Alcaldía solo en cuatro ocasiones (de 18 concentraciones) fue necesaria la intervención del Esmad. Esos casos se presentaron en la avenida Suba, en la Caracas con calle 72, en Estación Banderas y en la carrera Séptima con Jiménez.
Estas intervenciones fueron precedidas por intentos de diálogo liderados por el secretario de Gobierno Luis Ernesto Gómez, tal como sucedió en la avenida El Dorado a la altura de la carrera 68, en donde se logró persuadir a los manifestantes.
La administración distrital dio su balance
De acuerdo al Distrito, el balance final de la jornada dejó como resultado 37 buses vandalizados, 8 heridos y tres capturas. “El protocolo no soluciona las causas de fondo de las marchas ni evita acciones violentas, solo protege la vida en caso de que ocurran”, afirmó la alcaldesa Claudia López, a través de su cuenta de Twitter tras las críticas recibidas.