Por: Maria Isabel Arizala
Ejercer el periodismo en Colombia se ha convertido en una de las labores más peligrosas del país. Desde 1977 al 2024 han sido 167 los periodistas asesinados en el país, los departamentos de Valle del Causa, Antioquia y Santander se destacan como los más afectados, según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
En la última década la situación de los periodistas en Colombia empeoró notablemente, dejando 17 periodistas asesinados en el cumplimiento de su labor, lo que ha generado un ambiente de autocensura en los medios de comunicación y se ven forzados a moderar sus contenidos o, en muchos casos, a abandonar temas sensibles para evitar ser violentados.
El papel de la FLIP
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) es una de las principales organizaciones que visibiliza los casos de violencia en contra de periodistas en Colombia. Recientemente, denunció el aumento de asesinatos en periodistas, cifra que creció a cuatro víctimas de lo que va el año. Por lo tanto, la FLIP advierte sobre las consecuencias que este acontecimiento trae a la democracia y el derecho de los ciudadanos a estar informados. También señala que la violencia contra los Comunicadores Sociales es una forma de censura que busca silenciar la información y ocultar la verdad.
Según la FLIP, la impunidad que envuelve a estos crímenes es una de las principales preocupaciones, pues, alrededor del 94% de los homicidios de periodistas en el país no se resuelven.
¿A quién se le atribuye la violencia contra los periodistas?
La violencia contra los periodistas en Colombia especialmente aquellos que cubren temas relacionados con el narcotráfico, el conflicto armado y la corrupción, está estrechamente relacionadas con el contexto socio-político del país. Estos periodistas se convierten en objetivos de actores ilegales que buscan silenciar las voces que denuncian sus acciones, ya que son vistos como amenazas a sus intereses.
No obstante, a la violencia de grupos armados ilegales se suma la corrupción política que también juega un papel fundamental. Los periodistas que denuncian casos de mal manejo de los recursos públicos o vínculos entre políticos y grupos criminales suelen ser objeto de intimidación, amenazas e incluso asesinato.
Impacto en la libertad de prensa y la democracia
El incremento en el número de los asesinatos de periodistas en Colombia tiene un impacto directo en la libertad de prensa y, por ende, en la democracia. En un país donde la información libre y veraz es fundamental para el ejercicio de la ciudadanía y la toma de decisiones, la violencia contra los periodistas no solo limita el flujo de información, sino que también silencia las voces críticas que desempeñan un papel esencial en la fiscalización del poder.
Por consiguiente, la FLIP el 9 de febrero, día del periodista en Colombia, hizo énfasis en la responsabilidad del Estado por el asesinato de Guillermo Cano Isaza, periodista y director del periódico El Espectador. Cano había recibido amenazas y no tenía con protección del Estado, incluso estando las autoridades al tanto de estas agresiones. El periodista fue asesinado el 17 de diciembre de 1986, por dos hombres que le dispararon cuando salía de la sede del diario. El crimen fue ordenado por Pablo Escobar, como una represalia a las denuncias y como un intento de silenciar al medio.
En un evento, el Estado aceptó que incumplió su obligación de garantizar la vida de Cano, y que desconoció su deber de investigar, juzgar y sancionar a los responsables además de proteger a las víctimas y a sus familiares. El caso de este icono periodista Guillermo Cano es una muestra de los ataques que viven miles de periodistas en Colombia, A 38 años de este acontecimiento, te invitamos a conocer por medio de juegos interactivos esta y muchas historias más de personajes colombianos que fueron asesinados, amenazados y violentados en ejercicio de su labor.
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