La inteligencia como todo es relativa. Al respecto, leemos que, Decía el nuevo director de Conciencias, hace poco, para ilustrar el punto, que no se puede evaluar la capacidad física de un pez por su habilidad para trepar un árbol.
Este aparte se lee en la columna de El Tiempo publicada por Óscar Sánchez, quien es pedagogo y ocupó la Secretaría de Educación en la administración de Gustavo Petro. Un interesante análisis que induce, una vez más, a la reflexión sobre la forma de educar a las nuevas generaciones. Porque, dice Sánchez, cuando uno lee libros viejos se da cuenta de que casi todas las innovaciones son reencauches.
Incluye también una de las frases de Aristóteles, quien decía que no tiene sentido educar la mente sin educar el corazón.
Para el momento actual, menciona el columnista que aunque hay ejemplos como los centros de interés de Bogotá aplicados en los programas de jornada completa y calificados por la Unesco como un hito mundial, mostraron un camino para llevar a cientos de miles de chicos la posibilidad de aprender desde sus intereses y potencialidades, pareciera que el destino de los sectores populares es no ser reconocidos como seres diversos.
Un tema que vale seguir analizando con todo interés. Más aún, en los ámbitos educativos, y más aún cuando el diálogo se realiza con un grupo de chicos universitarios, como los participantes en el espacio matutino En medio del trancón, de la emisora universitaria Uniminuto Radio 1430 AM.
Sugerencias de cambio para que la especialización en la comunicación sea efectiva. Así lo comentamos: los chicos que quieren seguir el área de comunicación organizacional serían casi incompatibles con los de periodismo, como lo confirma la práctica en las clases. Por supuesto que sería más efectivo que todos aprendieran con gusto en todas las áreas para tener más opciones laborales, pero tal vez la fuerza en una sóla área, aumentaría elementos de cualificación y por ende, se lograría la apertura de puertas.