Las madres comunitarias son aquellas agentes educativas comunitarias responsables del cuidado de los niños y las niñas de primera infancia en el programa de Hogares Comunitarios de Bienestar y son reconocidas por su compromiso con el desarrollo de los menores y sus familias.
Este programa nace en el año 1986 y se reglamenta en 1989. Desde entonces, por los miles de hogares comunitarios, han pasado cerca de 12 millones de niños y niñas, según cifras del abogado Juan Pablo Mantilla, quién es el encargado de llevar el caso de las madres comunitarias en contra del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) por el reconocimiento de sus derechos laborales.
Una de ellas es María Isabel Monroy, esta señora de 73 años, oriunda del municipio de Combita, Boyacá, es una de las miles de madres comunitarias que busca el reconocimiento de sus derechos durante más de 30 años de trabajo. Por sus manos han pasado muchos niños y niñas, pero hay uno en particular que no solo la ha marcado a ella sino a todo un país: Nairo Quintana.
Y es que el trabajo de madre comunitaria fue la razón y el motivo por el cual doña Maria Isabel y Nairo se cruzaron, ella fue de las primeras personas que tuvo la posibilidad de ver a Nairo dar sus primeros pasos, sin embargo, ella jamás se imaginó que aquel niño menudito y pequeño en su contextura, llegara a ser uno de los deportistas más importantes del país.
Mientras que don Luis Quintana y doña Eloisa Rojas trabajaban en su labor de campesinos, Maria Isabel fue la encargada de educar y brindarle amor a uno de los mejores ciclistas del país y del mundo.
“De Nairito recuerdo que una vez se escapó de mi cuidado y se fue gateando desde mi casa hasta la de él” cuenta doña Maria Isabel.
Sin embargo, su trabajo como madre comunitaria se ve afectado por muchas razones “Cuando yo empecé a trabajar teníamos más apoyo, nos daban más comida. Ahora nos dan mucho menos de lo que nos daban antes” señala doña Maria Isabel, que a pesar de las dificultades, es una de las tantas madres comunitarias que hoy en día siguen en la labor de brindarles a niños, niñas y jóvenes, la oportunidad de crecer y tener una infancia digna
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