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Jóvenes y docentes dignifican la vida a través de la protesta

En el municipio de Pácora (Caldas), las manifestaciones durante el Paro Nacional las definen la creatividad y la protesta pacífica. Colectivos de jóvenes y el sindicato de docentes, son quienes están más comprometidos con la protesta pedagógica; la Administración Municipal acompaña y garantiza sus derechos.

Por: Gustavo Adolfo Montes

Datéate

En el municipio de Pácora, ubicado al Norte del departamento de Caldas, las manifestaciones en el marco del Paro Nacional 2021 han sido pacíficas y marcadas por un sello especial de lucha por las garantías y la dignificación de la vida a través de la palabra, el arte, la cultura y la protesta simbólica.

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Los jóvenes, especialmente estudiantes universitarios, y los maestros sindicalizados, son los actores sociales de mayor participación activa desde el pasado 28 de abril, haciendo audible su descontento desde lo que ellos han denominado como protesta con fines pedagógicos.

En Pácora, la protesta ha tenido distintos programas y espacios para el encuentro social. La Secretaría de Gobierno del municipio ha acompañado cuatro eventos en el marco de las protestas nacionales. Jhoiner Alfonso Mejía, uno de los líderes de Educadores Unidos de Caldas (EDUCAL) y docente del municipio, describe la forma en la que se han dado sus espacios de manifestación: “Lo que hemos hecho son salidas: damos una vuelta al pueblo y vamos cantando”. Espacios similares se han repetido semana tras semana desde que iniciaron las protestas en todo el país.

Entre las actividades que se llevan a cabo, además de las salidas por el casco urbano como metodología general de participación, se han realizado encuentros en la plaza pública para explicarle a la comunidad las razones por las que se desarrolla el paro. También se hizo una velatón por la vida, un plantón cultural y un encuentro de articulación para la manifestación el 19 de mayo en el municipio de Salamina, en el que se pretendía unificar la movilización de los cuatro municipios de la región Norte de Caldas.

Respecto al pliego de peticiones por parte del sindicato de maestros, Mejía Castañeda aclara que su razón primordial es unirse al clamor social y pedir “el cumplimiento de los acuerdos a los que se ha llegado en paros anteriores”.

Reconoce que en Pácora “el paro es principalmente de los jóvenes, debería haber más apoyo de parte del magisterio” y se adhieren a las peticiones generales de la sociedad colombiana, por reconocer dentro de su gremio las serias afectaciones que traerían también la reforma tributaria y a la salud, al igual que otros puntos que no se han concretado pese a haberse pactado en manifestaciones anteriores, como la unificación del estatuto docente y la nivelación salarial, pues apunta que en el país no existe una relación entre la labor docente como profesión y otras profesiones, a la hora de ser remunerada.

Hasta el momento, los miembros de EDUCAL no han recibido respuestas frente a sus requerimientos en el marco de las manifestaciones actuales. Mejía comenta que “el sindicato no nos ha hablado acerca del logro de algún punto de esos, porque las mesas de negociación aún no se han sentado”; aclaración que argumenta respecto a la necesidad de que se llegue a consensos entre las partes, en los que haya verdaderos espacios de acuerdo con personas que representen al pleno de la sociedad.

“Hay mucha gente que aprovecha y pesca en río revuelto; lo que ha hecho mal el Gobierno es llamar a los que ellos consideran ser los representantes, porque si la gente no se ve representada, nunca se va a llegar a un acuerdo”, apunte importante para comprender la inestabilidad de las mesas de diálogo en el marco de la protesta nacional.

El docente explica cómo ha sido su apuesta por la manifestación creativa, pacífica, cultural y simbólica, como una estrategia pedagógica para crear cultura en torno a lo que es la protesta. Menciona que “la imagen que hemos querido proyectar como subdirectiva de EDUCAL y como sindicato, es que no vean la protesta como el hecho del daño”.

En esta apuesta pedagógica de movilización por las garantías para la vida, es importante también la articulación entre educadores y jóvenes para el desarrollo de las manifestaciones, situación que presenta una visión renovada de la forma de movilizarse: “los muchachos y sus arengas a veces se suben de tono y hay gente que se sonroja por eso, pero es su sentir y esperar que los muchachos salgan en una marcha solamente a decir ‘abajo, abajo’, es muy difícil”.

La función que cumple el sindicato de maestros dentro de la manifestación está centrada especialmente en acoger las ideas de los jóvenes y hacerlas posibles a través de su apoyo logístico, financiero y formal ante la Administración Municipal.

Luis Aníbal Pérez, Secretario de Gobierno de Pácora, confirma la alianza que ha posibilitado el buen desarrollo de las movilizaciones, puesto que los jóvenes, a través del EDUCAL, presentan el oficio en el que describen e informan los términos logísticos y formales de sus manifestaciones.

Esta estrategia de articulación, en términos de orden público, ha dado evidentes buenos resultados; Pérez lo confirma: “no se han realizado daños ni se han presentado actos vandálicos” y agrega que en su labor “la idea es no suprimir el derecho a la manifestación, pero que lo hagan de buena forma y para ello cuentan con el respaldo de la Administración”, apoyo que se confirma con el acompañamiento pacífico de la fuerza pública.

Jóvenes, a las calles por la vida

Los jóvenes que se manifiestan en Pácora, especialmente universitarios que se encuentran estudiando a distancia debido a la pandemia, alimentan el ánimo de la manifestación simbólica. Manuela Mejía Ángel, estudiante de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, y Sebastián Marín Gracia, normalista superior recién egresado, son quienes animan la movilización y la articulación para hacer audible la denuncia social, en busca de garantías para la vida, especialmente en los temas relacionados con la educación.

Su pliego de peticiones es amplio, claro y contundente: en Colombia los jóvenes y todas las personas tienen un futuro laboral incierto, se requiere de la dignificación de la labor educativa y académica por parte de docentes y estudiantes, se debe dignificar la vida de las minorías como la comunidad LGTBI y la de los líderes y lideresas, así como también se requiere una resignificación de la lucha social y una verdadera apuesta para garantizar el ejercicio de la manifestación como un derecho.

Desde su visión, Marín Gracia apunta que “Colombia se ha ubicado como uno de los países más desiguales a nivel mundial, donde los derechos que yo tengo y que otros no tienen se convierten en privilegios” y agrega que apoya el Paro Nacional “por el reconocimiento de las artes como medio de protesta, revolución y preservación de la historia”.

Por su parte, Mejía Ángel sale a marchar “por la precarización laboral” y, respecto a la educación, comenta: “Soy privilegiada por tener un cupo en una universidad pública de alta calidad y yo quiero eso para todo el que lo quiera”, añadiendo que, en el contexto de los jóvenes provenientes de municipios alejados como Pácora, “nos toca salir de nuestros pueblos a las ciudades para estudiar y aspirar a un futuro mejor, nos toca dejar nuestros hogares y eso es muy costoso, muchos compañeros no tiene con qué sostenerse”, situación que deja en evidencia la necesidad, más allá de implementar la matrícula cero, de repensar el modelo educativo y de apoyo a los estudiantes por parte del Estado.

La articulación de los jóvenes en Pácora con EDUCAL, la subdirectiva del sindicato departamental de maestros que, a su vez, es filial de FECODE a nivel nacional, juega un papel importante para consolidar la nueva propuesta que en el municipio se quiere dar: una manifestación pedagógica, que le explique a la gente las razones por las que es importante pensar y apoyar al país, que de forma simbólica y creativa, a través de actos especiales y performances, lleve al pueblo las realidades de las ciudades y haga entender que nos son ajenas a la población solo por ser geográficamente alejadas.

En el marco de la manifestación, Mejía Ángel apunta que “EDUCAL se ha encargado de ayudarnos en las cosas más grandes” y argumenta sus razones: “si queremos un gran cambio, debemos unirnos todos los sectores”.

Acerca de la influencia de la manifestación en el orden público, el municipio no ha sufrido de forma pronunciada efectos colaterales de la protesta de gremios como el camionero. Luis Aníbal Pérez confirma que sí ha habido un alza en los precios de algunos productos, especialmente los importados o los traídos desde otros departamentos más alejados, esto debido a las manifestaciones en el resto del país y los efectos de la relación entre oferta y demanda.

Concluye su balance de la manifestación asegurando que “dialogando se solucionan los problemas, no solo en Pácora, sino en toda Colombia” e invita a seguir siempre el debido proceso de informar a las autoridades los términos de las manifestaciones para garantizar de manera oficial el derecho de su ejercicio.

Por su parte, Jhoiner Alfonso Mejía, desde su visión como docente joven y líder sindical, asegura que “toda revolución exige un sacrificio y no se pueden esperar cambios positivos para la sociedad solo con un diálogo calmado; también debe haber una forma de despertar, pero eso no implica afectar la integridad y los bienes de los demás”.

Tesis que es confirmada por Manuela Mejía al rechazar la violencia como método de manifestación y la represión por parte de la fuerza pública: “Estamos en una necesidad grandísima de que nos miren y nos tengan en cuenta, no tomamos esa vía de hecho (la violencia), porque no creemos que sea lo correcto. Un vidrio no es igual a una vida, una pared rayada no es igual a una vida; el vidrio se repone y la pared se pinta de nuevo, pero a nuestros compañeros muertos y desaparecidos nadie nos los va a regresar”.

Mientras se mantengan activas la vida y la palabra, la lucha en la calle es pedagógica, joven y simbólica, por las garantías para la vida en un país más empático y en paz. 

| Nota del editor *

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