Una nueva pieza del rompecabezas en el caso de Julian Assange acaba de ser revelada por Quito en Londres. La diplomacia del país sudamericano dijo en una entrevista en Reino Unido que las amenazas de Anonymous les inquieta tanto como las actividades de la mascota del fundador de Wikileaks.
Jaime Marchán Romero, embajador de Ecuador en Londres, describió las “condiciones deplorables” en las que vivía el huésped Assange pero hizo énfasis en las del gato.
Caso Assange: ¿cuestión de favores?
El felino había sido separado de su amo con anterioridad, debido a que Julian Assange no lo cuidaba. “El gato podía ir a todas las habitaciones; sospechábamos que podía llevar un dispositivo … para espiarnos”, dijo el diplomático.
Para las personas que trabajaban en la embajada, la mascota se volvió motivo de preocupación por su salubridad como la seguridad. Algunos presumían que el minino llevaba escondida una cámara en su collar.
La revelación muestra desconfianza que existía entre el personal de la embajada de Ecuador en Londres y el fundador de Wikileaks. Por su parte, el editor en jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, calificó las declaraciones del alto funcionario de Ecuador como “historias surrealistas”.
El gato es tan popular que tenía su propia cuenta de Instagram.