Por: Luz Valentina Tibaduiza Bermúdez
Ahí estaba él, con tan solo 30 años en una tarima ubicada en una sede del almacén “Vivero” de la ciudad de Bucaramanga, en 2006, rompiendo un Record Guinness, consistente en contar 101 horas de chistes, de pie y de memoria. No era la primera tarima que tocaba Omar Alejandro Leyva, más conocido como “Soldado Patascuy” en sus inicios en el humor, o como “Piter Alveiro”, como muchos lo distinguen y reconocen. Actualmente, es un empresario nacido en Bogotá, aunque gran parte de sus 44 años de edad los ha pasado en Bucaramanga.
“Yo soñaba con ser futbolista, médico y abogado”, recuerda “Piter”, lo que termina siendo una paradoja para él y su familia, ya que apenas culmina sus estudios escolares decide irse voluntariamente al Ejército, decisión que ni él, ni su familia esperaban, pues eran muy conservadores y nadie había portado el uniforme. En 1994 ingresa a la Escuela General Santander, teniéndolo todo listo para ser abogado o médico, sin embargo, en un mes se convence que lo que deseaba era ser policía.
El humor se le presenta de la noche a la mañana; para el día cuando la Escuela cumple 56 años invitaron a un grupo de cadetes para ir a Sábados Felices. Ese día necesitaban a alguien del público, y es ahí cuando Alejandro cuenta su primer chiste frente a la televisión colombiana representando a un boyacense con ruana y sombrero. A partir de entonces, como hombre que ve en cualquier circunstancia una oportunidad. Empieza a presentarse en el programa mostrando todas las facetas de la policía. Era una mezcla entre el humor y la seriedad que debe caracterizar a un policía.
Antes de colgar su uniforme “Piter” tuvo que vivir un momento crucial y no tan grato. Cuando lo mandan a la ciudad de Tunja en 1998, la Fiscalía Regional de Bogotá abrió una investigación y ordenó su captura y la de sus compañeros por el delito de homicidio agravado. Por esta razón pasa 27 meses en prisión injustamente, pues tiempo después la Justicia lo declara inocente. Para “Piter” fue un crecimiento y lo vio como un proceso de edificación “Siempre he sido un tipo muy tranquilo ante las situaciones que me ha puesto la vida, pero son las experiencias que van formando el carácter de las personas. No tengo un
retrovisor y veo cada día como una oportunidad; solo se empieza de cero cuando se nace, de resto se aprende desde la experiencia”.
A los 23 años “Piter” decide rehacer su vida, dejar la institución y empezar su carrera en Derecho en la ciudad de Bucaramanga. Estando en octavo semestre decide dejar la facultad para retomar el humor: “A mi padre no le gustó mucho la idea. El sueño de todo padre es ver a su hijo profesional, además de que fui muy buen estudiante, disciplinado y comprometido; pero el reto está en enfrentarse a lo que uno quiere. El humor me ha dado lo suficiente para cumplir todos mis sueños”.
Pronto se unió a Sábados Felices, donde conoció a uno de sus grandes compañeros de trabajo y amigo, a Edgar Sánchez, conocido como ““Junifero””: “Yo conozco a “Piter” hace alrededor de 30 años, y es un hombre que se compromete con su trabajo, sus ideas y proyectos. Es un “Piter” sin miedo, por el contrario, yo era más calculador para hacer las cosas y sentía temor al poner mi talento en tela de juicio. Al poco tiempo lo invité a hacer parte de mi trabajo y en lo poco que le pude enseñar fue un gran alumno”.
Después de mucho tiempo dedicando su vida por completo al humor, en 2017 decide hacer un alto y una pausa. Lo más fácil para “Piter” era dejar la televisión, pues era lo que más lo desgastaba y no le permitía compartir con su familia, lo más importante para él: cuando no estaba de gira de tiempo completo, se encontraba cada mes creando un nuevo libreto para el “Soldado Patascuy”. Entre risas recuerda que “al Soldado ya lo había puesto en el batallón, en la guerra, en la piscina, ya lo había puesto de todo, y el personaje ya se estaba desgastando” y posteriormente se fue retirando de los escenarios. Como cuenta Samuel Salazar, primo de este cuentachistes, “para Piter la familia es lo más importante, y por la cual sacrificamos y lo damos todo. No importa que tan ocupado, o en qué continente él esté, Omitar lo deja todo para acompañarme en los días más importantes. El mundo lo conoce como “Piter Albeiro”, el comediante, el chef, el récord mundial del humor, pero para mí, “Piter” siempre ha sido mi “Primo Omitar”, el querido y adorado sobrino de mi papá, el primo que junto con mi prima Jenny (su hermana) fueron los que me enseñaron a nadar. El primo con el que hablamos de los mercados financieros, del golf; los consentidos de nuestra abuelita”. Al pasar el tiempo Piter se empieza a dedicar a su empresa de renta de carros en la ciudad de Miami. El comercio viene de familia, debido a que su madre y su abuela han sido comerciantes, que ha sido para él un ejercicio enriquecedor, lleno de aprendizajes donde a veces se pierde y a veces se gana.
“Piter” Albeiro no solo se ha dedicado a ser policía o humorista, tiempo atrás vendió fresas con crema, ropa interior, enciclopedias, chocolatinas e incluso biblias a crédito, siempre bajo el reto de perder la inversión. “Tengo la ventaja de venir de una familia donde mis padres trabajaban. Gracias a Dios y a la vida mi papá me pudo dar todo, pero las ganas de trabajar también estaban ahí, no era vivir de lo que ellos me daban”. ““Junifero”” recuerda que “Piter” siempre buscaba la manera de hacer negocios con su trabajo y talento, “siempre ha sido entusiasta y emprendedor, no es algo que le nazca de un día para otro; recuerdo que en Sábados Felices me decía que se quería jubilar temprano, y para empezar vio los récords como una posibilidad”. Recuerda entre risas que él no hablaba sino gritaba los chistes, “la
primera vez que fuimos a un récord duró 24 horas gritando sus chistes”, y así mismo lo define Samuel: “Obviamente el éxito y la fama son parte importante de su vida, pero desde siempre ha sido emprendedor, estratega, pendiente de quien lo rodea, y con una insaciable curiosidad por oportunidades empresariales. No nos podemos olvidar de alguien muy importante en su vida, Carolina, su esposa, que desde antes de la fama ha estado a su lado y es persona importante en la fórmula de su éxito”, como lo cuenta Samuel. “Piter” describe a su esposa como su mano derecha: “somos un muy buen equipo, es mi polo a tierra y el punto de equilibrio que me ayuda a salir adelante, ya llevamos 18 años juntos”.
Con una sonrisa en su rostro Alejandro dice: “algún día voy a ser mayor y no quisiera estar parado en una tarima viendo cuánto me van a pagar para traer a la casa, o esperando para pensionarme. Yo busco crear una empresa, algo para mi hijo y para sus hijos. Me encanta emprender, generar empleo y ser un líder en la vida de las personas y no un jefe. Mi idea es que las personas que trabajan conmigo no duren 20 o 30 años haciendo lo mismo: mi objetivo es que algún día aprendan, me ayuden y que ellos puedan crecer y realizar sus proyectos.
“Piter” es ese hombre con tesón, ese echado pa´lante, el que no se raja. A la hora de realizar algo con él, es algo así como: mientras tú vas caminando, él va trotando, y mientras tú trotas, él va corriendo”, ese es “Piter Albeiro”, recuerda Edgar Sánchez, ““Junifero””.