La verdad tiene con frecuencia el apellido relatividad. Depende de la interpretación de otros. De quien expone lo que para sí, es su verdad, que puede no coincidir con las verdades ajenas. Si. Pasa todo el tiempo. Sin embargo, es tarea relevante e imprescindible para comunicadores y periodistas insistir en lograr la mayor proximidad a ella: a esa verdad en la que lo social, lo justo, lo humano prima.
Es el mensaje del blog compartido esta mañana en En medio del trancón, escrito por Carlos Arturo García Bonilla, en El Espectador, bajo el título de El hombre casi invisible.
Del texto resaltamos algunas frases como: Ese es el oficio de la literatura: llevar la vida a la palabra. Convertir lo infinito en finito. Descubrir los símbolos ocultos entre las innumerables cosas del universo, tal vez crear esos símbolos usando la vida como materia prima.
Esto, en el caso de la literatura. En el periodismo la situación debería de estar mucho más cerca de los hechos reales, aún cuando algunos géneros permitan la imaginación que no tergiverse. Que no exalte imaginarios de poder, de riqueza, de belleza. Abolir aquella verdad que también incluye el texto: La prensa, como siempre ávida de escándalo, publicó la fotografía de Lucrecio golpeado, sucio y semidesnude en el parque en el que lo encontraron Camilo y sus hermanos.
Por supuesto que para comprender los apartes de este párrafo, es necesario leer el contenido del blog completo, que representa la suma de la literatura en una directa relación con el periodismo. Porque, afirma el autor García Bonilla, Es también el oficio de la literatura: elaborar la verdad hasta que sea una mentira y elaborar mentiras que digan la verdad.
Frases para reflexionar como da cuenta el audio a continuación: