Por: Silvia Juliana Suarez y Camila Fonseca Echeverría
Daniela Viasus junto con Danna Muñoz, crearon la Fundación Incallah, basadas en su convicción de que el arte dignifica y que es una herramienta para la transformación social.
La fundación nace en diciembre de 2018 e inicia labores en 2019, con el objetivo de contribuir a la re-socialización de los internos por medio del Hip Hop, así mismo, la fundación busca ser un agente de cambio y un medio para la resolución de conflictos en el entorno carcelario promoviendo el desarrollo integral de los PPL.
Imagénes tomadas por la Fundación Inchallah
Las cárceles son el reflejo del Estado, es por eso que incluso a pesar de que todos están privados de su libertad, igual se evidencia la desigualdad social, hay quienes gozan de privilegios ya sea porque tienen cargos políticos o tienen los medios para poder pagar mejores celdas, mejor alimentación e incluso recibir visitas entre semana, entrar celulares, etc.
Afirmó la directora
Daniela Viasus, quien ha vivido de cerca cómo es la vida en la cárcel gracias a su fundación, comenta acerca de algunas razones por las que se dan los hacinamientos, la mala restructuración en las cárceles y las degradantes condiciones en las que viven y cómo la fundación ha ayudado a mejorar esta situación.
¿Conoce usted en qué condiciones viven los PPL? ¿Cuáles son?
Sí, tengo un proceso en la cárcel La Picota en Bogotá y además tuve un familiar privado de su libertad. Eso me permitió poder observar de cerca cómo vivían 5 o 6 personas en una celda de 2mts x 2mts, algunos ni siquiera tienen posibilidad de pagar una celda y deben dormir en los pasillos, la comida es pésima, a veces les llega podrida o con restos de cucarachas y demás insectos muertos, los guardias muchas veces abusan de su poder y los agreden física y verbalmente, las personas no cuentan con buenas condiciones y si quieren “vivir un poco mejor” deben pagar altas sumas de dinero para acceder al menos a un colchón, en verdad es un espacio que no restaura sino por el contrario, deshumaniza
¿Por qué cree usted que los presos viven en tan malas condiciones? ¿Es lo que merecen?
Bien sabemos que en Colombia la crisis carcelaria no es reciente, existe un abandono por parte del Estado, produciendo hacinamiento, malas condiciones en su alimentación y tampoco existe una inversión para medidas restaurativas, además de la libre utilización de la cárcel como solución a cualquier problemática social. Las personas cometieron un error y ya están pagando por ello privándose de su libertad, pero eso no quiere decir que deban estar privados de su dignidad como seres humanos.
¿La fundación para la que trabaja recibe algún incentivo económico para mermar la problemática social que se lleva dentro de las cárceles?
No, nosotros auto gestionamos todos los recursos, hacemos rifas, campañas, eventos y festivales para recolectar fondos y poder llevar a cabo nuestras funciones.
¿Llevan procesos en varias cárceles o solo en una?
El trabajo principal lo llevamos a cabo en La Picota en Bogotá, sin embargo, hemos hecho pequeñas intervenciones en el Buen Pastor y en la cárcel La Modelo.
¿Usted qué solución daría para un mejor vivir de los PPL?
Claramente la construcción de más cárceles no sería una solución, invertiría más en políticas sociales para la prevención del delito, crear o invertir en programas para cuidar la salud mental de los Privados de libertad y sobre todo crear programas productivos en donde ellos desarrollen aptitudes para cuando cumplan su condena puedan tener herramientas para integrarse más fácilmente a la sociedad.
¿Cómo ha colaborado la fundación en cuanto a las condiciones de vida durante la pandemia?
Durante la pandemia iniciamos con nuestra campaña “ayudaron por las cárceles” en esta campaña recolectamos elementos de bioseguridad, como tapabocas, gel antibacterial y jabón, con esta campaña pudimos hacer entrega de aproximadamente 10mil kits de Bioseguridad a las cárceles de la Picota, Modelo, Buen pastor, La cárcel de Villavicencio, la cárcel de las amazonas y la cárcel de Palmira Valle.