Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

” Llevemos a los hermanos la mirada de Dios, llevemos a Dios la sed de los hermanos, difundamos la alegría del Evangelio” Francisco

Marselleses de todas las confesiones y religiones venimos aquí para confiarnos a la Virgen María, afirmó el arzobispo de Marsella, el cardenal Jean-Marc Aveline acogiendo al Papa Francisco en la basílica y dándole una calurosa bienvenida en nombre de los presentes. “Con usted, Santo Padre, con todos los peregrinos que desde hace más de ochocientos años suben a esta colina para pedir y agradecer – prosiguió el purpurado – encomendamos a la Virgen María a todos los habitantes de las costas del Mediterráneo y a todos aquellos, marinos o migrantes, que se enfrentan a los peligros del mar”.

Francisco recuerda a “los grandes” que fueron como peregrinos a esta misma basílica dedicada a Nuestra Señora de la Guardia y afirma que la exhortación a la confianza y a la alegría, contenida en el pasaje bíblico leído poco antes, remite a la historia de la misma basílica, no edificada para recordar un milagro o una aparición mariana, sino porque desde el siglo XIII los fieles han buscado y encontrado en esta colina “la presencia del Señor a través de los ojos de su Santa Madre”.

- Patrocinado -


Todavía hoy, continúa el Papa, María, ‘la buena Madre’, es “protagonista de un tierno ‘cruce de miradas’: el de Jesús “cuyo amor refleja en sus ojos” y el de los hombres y mujeres que Ella presenta a Dios. Y habla de la “dimensión mariana” que pertenece al ministerio de cuantos lo están escuchando:

“También nosotros, sacerdotes y consagrados, estamos llamados a hacer sentir a la gente la mirada de Jesús y, al mismo tiempo, llevar a Jesús la mirada de los hermanos. En el primer caso somos instrumentos de misericordia, en el segundo instrumentos de intercesión.”.

La mirada de Jesús, subraya el Papa Francisco, está llena de ternura y esa ternura estamos llamados también nosotros a transmitirla a los demás. Y a los sacerdotes y a los religiosos les indica concretamente cómo hacer:

“Abramos las puertas de las iglesias y las casas parroquiales, pero sobre todo las del corazón, para mostrar el rostro de Nuestro Señor a través de nuestra mansedumbre, amabilidad y hospitalidad. Que cualquiera que se les acerque no encuentre distancias y juicios, sino el testimonio de una humilde alegría, más fructífera que cualquier capacidad ostentosa. Que los heridos de la vida encuentren un puerto seguro en vuestra mirada, un aliento en vuestro abrazo, una caricia en vuestras manos, capaces de enjugar lágrimas”.

En particular a los sacerdotes, Francisco recuerda la belleza de poder liberar del peso del pecado a tantos hombres y mujeres a través del don del perdón del Señor e iluminar la vida de las personas con los sacramentos y, con su presencia, transmitir la cercanía de Dios. Y sugiere también: “Estén cerca de todos, especialmente de los más frágiles y menos afortunados”, esto significa “llevar a los hermanos la mirada de Jesús”. El Papa habla luego de la segunda mirada, la que los hermanos y las hermanas dirigen al Señor. Que sus oraciones estén “llenas” de sus rostros, afirma y continúa:

“Llevarán con ustedes los ojos, las voces, las preguntas de todos ellos a la Mesa eucarística, frente al Sagrario o en el silencio de vuestra habitación, donde el Padre ve. Ustedes serán su eco fiel, como intercesores, como “ángeles en la tierra”, mensajeros que llevan todo «delante de la gloria del Señor”

Son tres las grandes estatuas de la Virgen presentes en la basílica “Nuestra Señora de la Guardia” y el Papa Francisco las cita: la que se eleva en la cima donde María sostiene al Niño Jesús bendiciendo y la que se encuentra en la Cripta llamada la “Vierge au bouquet”, la Virgen con las flores, que en un brazo lleva al Niño y con la otra mano sostiene un ramo de flores.

“Nos hace pensar – afirma el Papa – cómo María, modelo de la Iglesia, mientras nos presenta a su Hijo, nos presenta también a nosotros ante Él, como un ramo de flores en el que cada persona es única, hermosa y valiosa a los ojos del Padre”. Finalmente, la tercera estatua, la que brilla sobre el altar mayor. Siguiendo el ejemplo de la Virgen, afirma Francisco, también nosotros podemos reflejar la luz y la belleza del Evangelio en la medida en que nos entregamos a los demás. Y concluye con una última reflexión:

Queridos hermanos, llevemos a los hermanos la mirada de Dios, llevemos a Dios la sed de los hermanos, difundamos la alegría del Evangelio. Esta es nuestra vida y es increíblemente hermosa, a pesar de los esfuerzos y las caídas. Oremos juntos a la Virgen, que nos acompañe y nos proteja.

Fuente: Vaticano News

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares