El Secretario General se dirigió a los líderes mundiales en la COP28 y reiteró su llamamiento a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
“El G20, que representa el 80% de las emisiones mundiales, debe tomar la iniciativa”, señaló António Guterres. “Insto a los países a que aceleren sus calendarios de cero emisiones netas, para llegar lo más cerca posible de 2040 en los países desarrollados y de 2050 en las economías emergentes”.
Además, Guterres afirmó que “no podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles. Debemos acelerar una transición justa y equitativa hacia las energías renovables. La ciencia es clara: El límite de 1,5 grados sólo es posible si finalmente dejamos de quemar todos los combustibles fósiles. No reducir. Hay que eliminarlos progresivamente”.
Guterres comentó , que “los signos vitales de la Tierra están fallando” con “emisiones récord, incendios feroces, sequías mortales y el año más caluroso de la historia”. “Ustedes pueden evitar el colapso y la quema planetaria. Disponemos de las tecnologías para evitar lo peor del caos climático si actuamos ahora”, apuntó dirigiéndose a los delegados de casi 200 países.
El titular de la ONU indicó que “el caos climático está avivando las llamas de la injusticia” porque “está arruinando los presupuestos, disparando los precios de los alimentos, trastornando los mercados energéticos y alimentando una crisis del coste de la vida”.
Sin embargo, subrayó que “la acción climática puede activar el interruptor” sobre todo con energías renovables porque limpia el aire, satisface la demanda energética mundial, estabiliza los mercados y ahorra dinero porque “la energía renovable nunca ha sido más barata”.
Guterres indicó que “el diagnóstico es claro” y el éxito de la COP28 depende de que el primer balance mundial sobre los progresos de los países tras el Acuerdo de París, adoptado en 2015, “prescriba una cura creíble en tres áreas”.
La primera se refiere a “reducir drásticamente las emisiones” porque “las políticas actuales provocarían un aumento abrasador de la temperatura de tres grados” respecto a los niveles preindustriales, lejos del límite de 1,5 grados fijado en el Acuerdo de París. El G20, que aglutina el 80% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, “debe tomar la iniciativa”, según el líder de la ONU, quien apuntó que los países ricos deben alcanzar las emisiones netas cero “lo más posible” en 2040 y las economías emergentes como muy tarde en 2050.
En segundo lugar, “No podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles. Debemos acelerar una transición justa y equitativa hacia las energías renovables. La ciencia es clara: el límite de 1,5 grados sólo es posible si finalmente dejamos de quemar todos los combustibles fósiles”.
Por ello, apostó por triplicar las energías renovables, duplicar la eficiencia energética y “llevar energía limpia a todos para 2030”. “La economía es clara: el cambio global hacia las energías renovables es inevitable. La única pregunta es cuánto calentamiento soportará nuestro planeta antes de que suceda”, dijo.
Además, lanzó un mensaje a los ejecutivos de las empresas de combustibles fósiles: “Su antiguo camino está envejeciendo rápidamente. No redoble su apuesta por un modelo de negocio obsoleto. Lidera la transición hacia las energías renovables utilizando los recursos que tienes disponibles. No se equivoque: el camino hacia la sostenibilidad climática es también el único camino viable hacia la sostenibilidad económica de sus empresas en el futuro”.
En este sentido, instó a los países a regular, legislar y fijar un precio justo al carbono, así como eliminar los subsidios a los combustibles fósiles e implantar “un impuesto a las ganancias extraordinarias”, es decir, los llamados ‘beneficios caídos del cielo’.
Y en tercer término, Guterres apostó por la justicia climática porque “los países en desarrollo están siendo devastados por desastres que ellos no causaron”. “Los costes de endeudamiento exorbitantes están bloqueando sus planes de acción climática. Y el apoyo llega demasiado poco y demasiado tarde. El balance mundial debe comprometerse a aumentar el financiamiento, incluso para la adaptación y las pérdidas y daños”, apostilló.
También apostó por una reforma de los bancos multilaterales de desarrollo para movilizar más financiación privada “a costes razonables” para los países en desarrollo en materia de acción climática.
Y los países ricos deben “mostrar cómo duplicarán” la financiación para la adaptación a 40.000 millones de dólares al año para 2025.
“El desafío climático no es un tema más en su bandeja de entrada. Proteger nuestro clima es la mayor prueba de liderazgo del mundo. Por eso les insto a que lideren. El destino de la humanidad está en juego”, concluyó.
Por último, el titular de la ONU recordó que los países desarrollados deben mostrar cómo van a duplicar la financiación de la adaptación hasta los 40.000 millones de dólares anuales para 2025, tal y como prometieron, y aclarar cómo van a cumplir los 100.000 millones de dólares a países en desarrollo, los cuales “se ven devastados por catástrofes que no han provocado”.
Fuente: ONU-COP28