Los animales que fallecieron a causa de una enfermedad viral por la endogamia de los felinos, fueron incautados del Templo Budista en el 2016, donde eran utilizados como atracción turística.
La intervención de la policía en el templo budista que funcionaba como un punto turístico, partió del hecho que los animales eran utilizados para tomar fotos con los turistas que visitaban el santuario. Así mismo se pudo comprobar prácticas de presunto abuso sobre los animales, como la venta de partes del tigre (colmillos, pieles y dientes) para el comercio ilegal.
Los felinos murieron por una parálisis laríngea que causa insuficiencia respiratoria. Esta investigación fue confirmada por la investigadora Sybelle Foxcroft, cofundadora de Cee4Life y quien aseguró que al hacer la investigación sobre los animales en el 2007 ya presentaban signos de deterioro neurológico severo.
“Un tigre en particular, Mek Jnr, mostró síntomas graves en 2015 cuando caminaba contra las paredes, sus piernas traseras se debilitaban, a veces se desorientaban”, señaló en un comunicado en el sitio web de Cee4Life.
El Gobierno tailandés señaló en un comunicado que los otros 61 tigres que viven están en condiciones seguras y constantemente se le realizan chequeos veterinarios para evitar que más felinos mueran. Aún se desconoce las instalaciones donde podrían ser enviados los tigres para su cuidado y protección.