Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

No tener pelo era igual a ser guerrera de vida – primera parte

Por: Daniela Lucia Ramirez Ariza

Esta es la historia de Laura Fragozo, joven guajira a la que el canal de televisión RCN le otorgó el título “Valientes 2019”.

- Patrocinado -


El 10 de enero del año 2000, tras una puesta de sol en el hospital San Rafael del municipio de San Juan del Cesar, La Guajira, a eso de las 6:00 pm, nació Laura Fernanda Fragozo Lopez; hija de Luzmar López y Porfirio Fragozo, provenientes del mismo municipio.

Laura creció en un hogar de tres hermanos donde ella ocupaba el segundo lugar. Su infancia fue la etapa de la vida que recuerda con más alegría, una niña feliz, sana, amorosa y dedicada a su familia y a los estudios. Sus días de niñez se definieron recorriendo las calles del barrio 20 de Julio, en el municipio de San Juan, practicando juegos de canicas, balón pie, saltos y carreras con los niños vecinos de esa época.

Siempre mantuvo excelentes calificaciones hasta cursar su último grado académico en el 2017, año en el que se graduó con el título de “mejor bachiller integral” y además con la obtención del reconocimiento Andrés Bello y la beca Ser Pilo Paga.

Así decide, en el año 2018, iniciar sus estudios secundarios, en la carrera de Medicina. Los primeros tres meses de iniciación académica los vivió con mucho entusiasmo, ya que ser doctora era su mayor pasión.

Bajo una calurosa mañana del mes de mayo, siendo un día de clases normal en las instalaciones de la universidad Simón Bolívar, ubicada al norte histórico de la ciudad de Barranquilla/Atlántico, mientras Laura escuchaba una lección en su salón de clases, empieza a sentir una molestia en la parte superior izquierda de su tronco, como cuando se pellizca una parte blanda de la piel.

Al principio esta molestia no era fuerte, pero poco a poco fue aumentando hasta convertirse en un dolor intenso y frecuente, que impedía que la joven estuviera atenta a las explicaciones de la clase. Angustiada, Laura decide comunicar lo que estaba sintiendo a su madre quien residía en el municipio de San Juan:

  • No quiero preocuparte mamá, pero sabes que cuando me quejo de un dolor, realmente es fuerte.

La madre preocupada viaja hasta Barranquilla a encontrarse con su hija, y juntas deciden ir al ginecólogo. La niña es sometida a la práctica de una ecografía pélvica y de senos, la doctora le aconseja practicarse el autoexamen y de esta manera nota una sensación anormal, como la presencia de pequeñas glándulas en su seno izquierdo.

A pesar de esto, la Doctora revela a Laura un diagnóstico de algo hormonal y que temporalmente desaparecería, sugiere entonces a su paciente un tratamiento que incluía varias pastillas y una inyección sólo en caso requerido.

Mientras Laura se aplicaba todos los días el tratamiento sugerido por la ginecóloga, no sentía ninguna mejora, de hecho, el ir a la universidad se convertía en la peor parte del día para ella, por el extremado esfuerzo que eso requería; la intensidad del dolor era cada vez más fuerte, haciendo que Laura se desconcentrara y se sintiera frustrada, ya que creía no podía seguir sus actividades cotidianas normales y por supuesto esto acortaba su sueño de ser doctora.

Desde siempre Laura fue una niña anímica y entregada a su familia. Ni siquiera la presencia del malestar que sentía le impidió viajar el fin de semana hasta su tierra natal a reencontrarse y darle la sorpresa a su madre, aludiendo a la fecha domingo 13 de mayo, día en que se conmemora la existencia de las madres en Colombia.

Al llegar al pueblo, Laura pasa una de las peores noches de su vida, un dolor intenso se apoderó de las alegres intenciones que llevaba, la molestia empezó como una especie de compresión en la parte izquierda del tronco, Laura producía de 20 a 25 respiraciones por minuto, su piel empezaba a perder el pigmento cutáneo tornándose pálida, y cada vez más caían de su frente gotas de sudor y lágrima producidas por el sufrimiento que atravesaba.

La señora Luzmar, cómo toda madre afligida al ver a su hija, lo primero que se le ocurre es caer sobre sus brazos, llorar y darle un beso. Tardaron sólo 15 minutos cuando se dirigieron a la clínica más cercana llamada San Juan Bautista, de inmediato, los camilleros encargados pasan a Laura con el médico general, quien acto seguido, la interna en urgencias para iniciar la práctica de una placa y un electro que reveló una inflamación de los cartílagos del esternón y la costilla. Estando hospitalizada, le aplican un medicamento que calma momentáneamente la intensidad del dolor y de esta forma logran tranquilizar a la paciente.

Después de esta segunda visita a la clínica, Laura empieza otro tratamiento sin obtener satisfacción alguna, tanto así que, para el martes, ya la joven estaba de vuelta en la ciudad de Barranquilla un poco más tranquila, pero teniendo aún la molestia de siempre.

Al día siguiente, a eso de las 9:00 am del miércoles, Laura, pese a cómo se sentía, despierta con ganas de ir a clases a cumplir con una exposición que correspondía a sus actividades académicas del día. Al hacer la acción de levantarse de la cama, la joven entra en una terrible aflicción cuando descubre que las fuerzas de su cuerpo no les responden y no puede ponerse en pie; ella respira profundo, alcanza su celular y hace una llamada telefónica a su novio, quien residía también en la misma ciudad y pronto llegaría a socorrerla.

En compañía de su novio y su suegra llegan a la clínica Jaller de Alta complejidad, donde la atienden y le practican algunos exámenes mientras esperan en observación, a eso de las 3:00 pm llega la señora Luzmar quien autoriza la práctica de Rayos X a su hija, estudio que reflejó la presencia de una sombra en un pulmón, los médicos al ver este resultado y al analizar la historia clínica de la paciente, disponen a Laura a un estudio más avanzado, le practicaron un tac, que como resultado arroja un diagnóstico preocupante.

Enlace para continuar con la segunda parte: https://www.uniminutoradio.com.co/no-tener-pelo-era-igual-a-ser-guerrera-de-vida-segunda-parte/

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares