Realizado por: Yuliana Londoño, Dayana Romero, Astrid Sierra
Samuel Sarmiento de 9 años, está ubicado en el parque el Carmelo, residente del barrio Villa Teresita de la localidad de Engativá, en Bogotá. Con unas mazorcas y pinchos se rebuscan su modo de vivir. “La pandemia no fue nada fácil para nuestro hogar, nuestra hermana dejó tirada a mis sobrinas y me tocó ponerme a ayudar a mi mamá porque no teníamos nada que comer, muchas veces comíamos arroz con huevo, y en ocasiones sólo probábamos una comida…”, esa escena se repite todos los fines de semana de 10:00am a 8:00pm, desde las 8 de la mañana salen hacia su puesto arrastrando su carro de comida y llegan al punto a las 10:00 y entre semana reciclan, en promedio les deja ganancias de veinticinco mil pesos por día. Escenas que cada día se multiplican a nivel nacional.
Gloria la madre de Samuel, es la encargada de preparar los alimentos que se van a vender. Tiene a cargo a sus dos nietas ya que su hija mayor decide retirarse de la ciudad, momento bastante complicado porque tenía nuevas responsabilidades “mi hija era drogadicta, el papá de las niñas estaba en la cárcel, no tenía a quien dejárselas, me tocó decirle a mi hijo de 9 años que me ayudara para sacar adelante a las niñas, ya que no eran merecedoras de tener unos papás tan malos”, siendo un niño, le tocó madurar y tomar ciertas responsabilidades.
“Mi hijo siempre ha sido un niño muy apegado a mí, siempre ha soñado con ser un gran deportista, pero no hemos tenido modo, gracias a Dios conseguimos un lugar dónde nos dieron la mano y mi hijo ya cumplió uno de los tantos sueños”, Samuel entrena baloncesto los fines de semana de 10am a 12pm en Phenom Sports, y al finalizar su jornada corre directamente a ayudar a su mamá, es madre soltera y considera qué desde pequeños deben aprender a defenderse “la vida para nadie es fácil y hay que guerrear….”
Gloria fue la persona que tomó la iniciativa de vender mazorcas y pinchos, y buscar otros medios de obtener dinero por medio del reciclaje, ya que por su edad no era muy fácil encontrar un trabajo formal, viven en una pieza y deben conseguir 300.000 mil pesos mensualidades de arriendo, y los demás gastos que se requieran.
¿Esta situación es considerada explotación laboral infantil?, pregunta para el experto. La explotación infantil es el trabajo que priva a los menores de edad de vivir dignamente, de dedicarse a las funciones de niños, el tema de la educación es un factor importante sobre la etapa de la niñez, esto es una forma de violencia contra las menores ya que se les está vulnerando los derechos, es una forma de esclavitud.
La experta Paola García, quién es trabajadora social indica que este tipo de acciones se ven diariamente y que no es fácil que cuenten este tipo de acciones, “no está mal que un niño ayude a sus padres desde pequeño y/o aprenda a ser independiente, la cuestión es que el niño es niño y debe de estar estudiando, relacionándose con más niños de su edad”, asegura que es un tema bastante importante y que toda la ciudadanía debería de ayudar, “los niños deben de estar con libros”.
Un análisis de la universidad del Rosario y la Alianza Fi, aseguran que existen 506 niños y niñas en condición de trabajo infantil informal en Colombia, el observatorio se realizó con el fin de tomar iniciativas pedagógicas para saber las principales problemáticas que presenta el mercado laboral, así mismo consiste en tener un espacio de reflexión e investigación interdisciplinar orientado a los resultados de incidencia en la política pública laboral y realización del trabajo decente.
“El trabajo infantil se origina como parte de la necesidad de generación de ingresos”. En su informe más reciente, el DANE evidencia que un 40,1% de los niños que trabajan lo hacen como parte de una actividad familiar, lo cual consiste con el hecho de que un 46,3% se desempeña como un trabajador sin remuneración”.
El DANE realiza seguimiento a los indicadores de trabajo infantil, mediante un módulo incluido en la Gran Encuesta Integrada de Hogares, con el fin de informar sobre las características de la población entre los 5 y los 17 años de edad, su situación escolar y la magnitud del trabajo infantil.
Según las estadísticas que tiene la Alcaldía de Barranquilla, en el año 2020 se realizaron 69 búsquedas activas en donde se focalizaron 294 niños de primera infancia para darles apoyo y de cierta forma rescatarlos de esta situación tan triste en dónde en vez de jugar con carros, los hacen trabajar.
Valeria Sierra, experta en temas de explotación infantil ha logrado trabajar en distintos proyectos con la Secretaria de Integración Social “trabajar con este tipo de casos no es una labor fácil, es saber sobrellevar esas cargas y sobre todo cuando se trata de escuchar sus historias, este es uno de los trabajos que más me llevan a recordar mi juventud, no es nada facil la vida”.
“Da mucha rabia, impotencia, porque yo tuve que pasar por muchas etapas de mi vida para lograr ser lo que yo en este momento soy y es algo bastante serio, mi papá siempre me dio la espalda, mi mamá era una mujer que se guerreaba la vida por ayudarme, pero era muy poco lo que realmente podía brindarme, mi única solución fue salir a trabajar para, así mismo, pagarme mis estudios, y era muy poco lo que realmente alcanzaba para comida y demás gastos, pero lo hice por mi mamá y por mí y gracias a Dios soy lo que soy”.
“Quiero llorar, traer un hijo al mundo es lo mas maravilloso, y en mi labor me doy cuenta que hay que ayudarlos, son el verdadero futuro del país, son maravillosos, su inocencia me encanta, están hechos para aprender, para sentarse en un escritorio y hacer lo que les guste, dibujar, entre otras cosas, me tocó un caso con un chico que le tocó salir de su territorio con su mamá porque los iban a matar, y en la ciudad le tocó ‘ponerse la 10’ como dice y ayudar a salir adelante a su mamá, jamás estudió, es la hora y no sabe leer, tiene 14 años, situaciones bastantes complejas.”
Según investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo y Unicef “(Los casos de trabajo infantil se elevan a 160 millones, al alza por primera vez desde hace dos decenios)”, gracias a los nuevos avances que se han logrado crearon una Ley 1098 de 2006, Código de Infancia y Adolescencia, en su artículo 20, numerales 12 y 13, la cual establece que “los niños y adolescentes serán protegidos contra el trabajo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo pueda afectar su salud, integridad y seguridad o ya bien sea su libertad y derechos de vida digna”. Se encuentran datos que dice que 9 de cada 10 niñas trabajan en servicios domésticos.
- El 70% de los casos de trabajo infantil (112 millones de niños) se dan en el sector agrícola, seguido del 20% (31,4 millones de niños) en el sector de servicios y el 10% (16,5 millones de niños) en el sector industrial.
- Casi el 28% de los niños de 5 a 11 años y el 35% de los niños de 12 a 14 años que trabajan no están escolarizados.
- El trabajo infantil se da con más frecuencia en el caso de los niños que en el de las niñas, con independencia de su edad. Con respecto a las tareas domésticas realizadas durante 21 horas semanales, o más, la disparidad de género en cuanto a trabajo infantil es menor.
- El trabajo infantil en zonas rurales (14%) es casi tres veces más frecuente que en zonas urbanas (5%).
La ley 1098 de 2006 en el Artículo 35 dice: “edad mínima de admisión al trabajo y derecho a la protección laboral de los adolescentes autorizados para trabajar. La edad mínima de admisión al trabajo es los quince (15) años. Y esto se da por voluntad propia donde los estudios del adolescente y niño no sean afectados”. Se observan niños de 10, 9 años ya cumpliendo con un trabajo por la sencilla razón que si no lo hacen de que viven. Si los acudientes responsables a duras penas pueden llevar lo más básico a los hogares. Estos derechos son planteados para cumplirse, por lo tanto, se le debe dar el derecho de tener una infancia ciertamente de “colores” a cada niño.
Para concluir, si conoce algún caso de explotación infantil no dude en llamar a las siguientes líneas telefónicas.
Policía de Infancia y adolescencia (ICBF)
Teléfonos:
601 437 7630
601 324 1900
Ext: 106008 – 106190
