Según “el Departamento de Bomberos del Condado de Butte (Calfire) en su página de Twitter, el incendio “Camp Fire”, además de cobrarse la vida de por lo menos 31 personas y dejar heridos a tres bomberos, ha arrasado cerca de 45.000 hectáreas, 6.450 viviendas y 260 comercios.”
El Sheriff del condado de Butte, informó que los 6 últimos cuerpos encontrados durante esta catástrofe, fueron hallados en la localidad de Paradise, región donde el “Camp fire” ha dejado un gran estruendo, pues solo se ha podido contener el incendio un 25%, activando desde el jueves la alerta roja, por la mala calidad del aire que ha provocado los incendios y que está enfermando a la población afectada.
Este incendio, es uno de los más mortíferos que ha ocurrido en los Estados Unidos, junto con el incendio de Griffith Park en Los Ángeles en 1933, que dejó 29 muertos.
Tras esta catástrofe el presidente de los Estados Unidos Donald Trump en su cuenta de Twitter oficial informó que, “No hay razón para estos enormes, mortíferos y costosos incendios en California excepto que la gestión forestal es muy pobre. Miles de millones de dólares se dan cada año, con tantas vidas perdidas, todo por una absoluta mala gestión de los bosques”
La costa oeste de los USA ha presentado en los últimos años intensas sequías y con drásticos cambios climáticos lo que de alguna manera ha contribuido a esta catástrofe ambiental, humana, económica y social. Al día de hoy se mantienen los incendios.