La historia del arte necesitaba una revisión al igual que el resto de ciencias y sectores de la sociedad en los que la participación de la mujer ha sido invisibilizada históricamente, y efectivamente se hizo y los hallazgos son fascinantes.
Revolución artística femenina
“El trabajo de las mujeres ha sido totalmente desvalorado hasta concebirlo como una artesanía de segunda, algo que las mujeres en este momento todavía están reivindicando”, dijo una de las voceras del Grupo Kollontai, espacio para el estudio de la historia de las mujeres, durante un taller de arte.
Ella menciona que fue necesario hacer representaciones extremas durante la década del setenta para romper con la idea que se tenía del sujeto moderno, por lo tanto no se enfocaban en un arte propagandístico, sino político en el que se denunciaron problemas sociales.
Así mismo, la definición sobre el concepto mujer cambió y el arte femenino rompió con los imaginarios tradicionales de la mujer bajo el lema de “No se nace mujer, se llega a serlo”, una premisa que además inspiró a muchos movimientos feministas de la época.
Por lo anterior, las feministas decidieron equilibrar la presencia de arte femenino en lugares donde solo se exponía el talento masculino, así que emprendieron investigaciones en profundidad para desentrañar aquellas obras hechas por mujeres que nunca aparecían en las galerías o museos.
El arte no es una cuestión de género
La historiadora del arte estadounidense, Silvia Nochlin, explica en su libro “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?”, que el lugar que ocupaban las mujeres en la sociedad, el rechazo de la comunidad artística machista del momento, los prejuicios entorno a su tipo de arte y la idea errónea sobre la feminidad, fueron algunos de los factores que afectaron el éxito de muchas artistas alrededor del mundo.
“No ha existido entre los más grandes artistas ninguna mujer, aunque ha habido muchas interesantes y muy buenas que no han sido suficientemente investigadas o valoradas”, afirmó la historiadora.
Nochlin también aseguró que las mujeres artistas son más introspectivas y delicadas, lo cual les permite ofrecer una gama de matices más extensa a la hora de pintar, pero aclara que no se puede generalizar esta cualidad, pues hay distintos tipos de arte en los que las mujeres manejan estilos rústicos y trazos fuertes para contar otro tipo de historia.
“La simple elección de un ámbito temático concreto o la dedicación a ciertos sujetos no se puede equiparar a un estilo y mucho menos a un estilo eminentemente femenino”, añadió.
Algunas artistas que lucharon para terminar con las desigualdades de género
Claude Cahun (1894-1954): esta fotógrafa y escritora francesa fue activista porque representó por primera vez un tercer género para terminar con la concepción tradicional del género femenino o masculino.
Judy Chicago (1939): la artista estadounidense realizó piezas artísticas alusivas a la violencia que sufrían las mujeres en ese entonces para protestar en contra del maltrato.
Lygia Clark (1920-1988): la brasilera trabajó el cuerpo como sujeto de acción. Construye dos maniquíes unidos por una manguera e insertó texturas que generaran sensaciones de lo femenino y lo masculino para comprobar que habían estereotipos patriarcales.
Adrian Piper (1948): esta artista conceptual estadounidense salió a la calle vestida como hombre y también dejando ver rasgos de su género para que las personas no pudieran identificarla con un género específico y demostrar que el género va más allá de lo visual.