Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se entiende como Sustancia Psicoactiva o droga toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central y es susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas.
Además, las sustancias psicoactivas, tienen la capacidad de modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento de la persona que las consume.
El Observatorio de Drogas de Colombia tiene cifras acerca del consumo de narcóticos, según su más reciente informe, la marihuana sigue siendo la droga favorita. El 84,4 por ciento la ha probado por lo menos una vez en la vida. Más de la mitad de ellos (el 52 y medio por ciento, para ser exactos) ha consumido marihuana en el último año.
El 12,4 por ciento de los colombianos que usan marihuana la probaron por primera vez antes de cumplir los diez años. La segunda sustancia de mayor consumo es la cocaína. El 69,1 por ciento de quienes han usado coca son ya dependientes, consumidores habituales.
“Es importante mantener el dialogo, debemos apuntar hacía la prevención, desde pequeños se les debe hablar acerca de las consecuencias y de lo que se van a encontrar” afirmó Maria Alejandra Osorio, psicóloga e investigadora de UNIMINUTO.
Pero el consumo de SPA también es entendido como un problema de salud pública, que requiere atención, más allá de los riesgos que conlleva el ingerir estas sustancias, hay un contexto y una realidad social que no se debe desconocer.
Henry Motta, coordinador de 4/20 Bogotá Radio Fundación, ha dedicado 10 años de su vida a trabajar sobre pedagogía en el consumo de sustancias psicoactivas “El consumo de SPA es una realidad y hay que entenderla, más allá de mitigarla y marginar al que las consume”
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