Luz Stella Forero no concilia el sueño desde la noche del pasado viernes 21 de julio cuando conoció la noticia de la puesta en libertad del que fuera su esposo hasta 2011. Se trata de Ricardo Enrique González Tovar, el hombre que le quitó tranquilidad y le arrancó una parte del alma al asesinar a sus dos hijas; Natalia y Sofía González Forero.
Era la mañana del 21 de junio de 2011 en Puerto Salgar, una pequeña población en el norte de Cundinamarca que se despertó con una trágico acontecimiento. Ricardo, el hombre amable de la panadería Salerno, el señor culto que tenía un programa de radio en el que analizaba los casos del pueblo, “se le metió el demonio” (Así tituló un diario local). Ese día asesinó con cuchillo a sus hijas Natalia y Sofía de 15 y 10 años respectivamente, además le causó 26 puñaladas a su esposa Luz Stella Forero Gómez.
Según notas de prensa que citan al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – INPEC, González Tovar permanece en la Clínica Nuestra Señora de La Paz, al occidente de Bogotá y, al parecer, estaría en un estado delicado de salud.
Y a Luz Stella le interesa su condición. Hoy está triste y angustiada por la suerte que puede correr su vida y el proceso legal que adelanta desde hace seis años. Un camino jurídico que ha tenido desestimaciones y tropiezos desde el comienzo.
El agresor recuperó su libertad por una cadena de errores en su expediente judicial. De acuerdo con Blu Radio, el Juzgado Penal del Circuito de La Dorada demoró tres años y 10 meses para dar la sentencia de 45 años de prisión, pero ese fallo fue apelado por la defensa de González Tovar aduciendo que el hombre padecía en el momento del acto un tipo demencia. El proceso fue asignado el 27 de mayo del 2015 a la sala penal del Tribunal Superior de Manizales al magistrado Antonio Toro Ruiz, quien durante dos años no ha decidido si deja en firme la condena, razón por la que el victimario goza de la libertad condicional.
Ni una palabra le cree Luz Stella a la defensa de González Tovar. Ella, antes de ser esposa fue su novia por cuatro años. Luego se casaron y tuvieron un matrimonio de 15 años. Es decir, en 19 años de relación nunca vio un comportamiento extraño en el victimario. “En su historia clínica no aparece asistencia a psicólogo o psiquiatra, nunca estuvo medicado, ningún estudio médico puede demostrar que ese hombre tenía una enfermedad antes del hecho. Ahora, que en en este momento él se encuentre en estado de depresión por lo que hizo, es diferente. La violencia de un hombre a una mujer no se puede llamar depresión. No estoy de acuerdo”, afirma Luz Stella en diálogo con UNIMINUTO Radio.
El capítulo de violencia de Ricardo comenzó en 2009. Él era un hombre reconocido en el pueblo. Le gustaba la política y tenía tertulias con amigos en su negocio. “Él era normal, como usted y yo, hasta que le dije en agosto de ese año que no quería seguir con él. Entonces, él era a someterme a tener relaciones porque que si no lo hacía me maltrataba, yo puse las denuncias”, dice la señora al tiempo que confirma que la injusticia en su caso también se debe a que los congresistas sancionaron la Ley 1786 de 2016 en la que se expresa que el término de las medidas de aseguramiento privativas de la libertad no podrá exceder de un (1) año. Si el tiempo caduca, la libertad del imputado o acusado se cumplirá de inmediato. “Esa ley aplasta todos lo beneficios adquiridos ante el feminicidio, ante la violencia contra la infancia y la adolescencia”, dice Luz Stella.
Ahora mismo pocos saben del lugar donde está Luz, pues tiene miedo de que ese hombre se acerque a ella o a los suyos. Los recursos de apelación están en camino. Pero le pide al al magistrado Antonio Toro Ruiz que falle lo antes posible su caso y que confirme la sentencia de forma definitiva. Ella ya perdonó a su exesposo pero pide justicia correspondiente con los actos.
Escuche la sentida entrevista con Luz Stella a continuación.