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Por Alexander Acosta Moncada
Bogotá, la popular Atena suramericana, se ha convertido en un epicentro de negocios, gastronomía, turismo, inversión extranjera, entre otros, acogiendo a muchos ciudadanos que hacen de la capital colombiana una de las más habitadas del país, con una población aproximada a los 7 millones de habitantes cuya proyección aumenta constantemente según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, pero ¿qué paso con el crecimiento del transporte público?
Si bien ha tenido cambios en su modalidad como la desaparición del tradicional bus urbano por los articulados de TransMilenio y la unificación de los buses de transporte con el Sistema Integrado de Transporte Público, Sitp, cuya implementación completa aún se encuentra en proceso, sigue sin ser suficiente para los capitalinos. En la ciudad 6 de cada 10 personas hacen uso del Sitp, al día circulan 2.445 millones de usuarios en troncales principales y 630 mil personas en los buses azules del Sitp, la capacidad de TransMilenio se desborda cada día, principalmente, en horas pico que van de 6:30 a 8:00 am y en contra jornada de 5:00 a 8:00 pm, horario en el que el sistema sufre sus mayores colapsos.
La ley de la oferta y la demanda exige y necesita con urgencia un sistema de transporte adicional a los ya existentes, por ello la idea del Metro, si bien no es nueva y ya la han intentado abanderar alcaldías anteriores, por primera vez se logra consolidar y unir el Gobierno, Planeación Nacional, Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y el Concejo de Bogotá, para poner en marcha este mega proyecto que beneficiaría a millones de capitalinos, pueblos aledaños y traería un desarrollo en infraestructura de ejemplo para el resto del país.
La Mega obra liderada por Gustavo Petro Urrego, como promesa de lo que fue su alcaldía “La Bogotá Humana”, logró que inicialmente el Concejo de Bogotá aprobara la transferencia de millonarios recursos en alianza entre el IDU y TransMilenio por valor de $800 mil millones para temas de planeación, proyección, logística, infraestructura, estudios especiales y fortalecimiento del proyecto, además de otros $771 mil millones para la compra de predios por donde se planea pase la primera línea del metro, dichos recursos salen del cupo de endeudamiento de la Secretaria de Hacienda y se espera que se compren alrededor de 955 predios, cuyo avalúos ya se están trabajando con catastro para que sean razonables, justos, y del valor real del mercado. Se espera que para el mes de octubre de 2015 se inicien las negociaciones de compra.
Para la fortuna del proyecto y de las múltiples críticas de diversos sectores quienes consideran que se debe fortalecer los medios de transportes ya existentes o quienes sí avalan el proyecto, pero sugieren metro aéreo y por distintas rutas, el metro de Bogotá sigue recibiendo dadivas. El Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, incluyó en el Plan de Desarrollo Nacional 2014 – 2018 la primera línea del metro y el apoyo a la construcción de transportes masivos que se encuentren en operación, implementación y estructuración, este empujoncito respalda la tan anhelada y necesaria obra.
Y es que convencer a los capitalinos que una obra cuyo valor estimado total es de $15 billones de pesos no es fácil, las preguntas más comunes son: ¿De dónde se saca el dinero? ¿Por dónde va a pasar? ¿Qué tanto beneficiara a los usuarios?
Como se va viendo, el dinero sale poco a poco de diferentes órganos e instituciones y se estudian los cupos de endeudamiento con diversos bancos mundiales para pedir los préstamos. El dinero total sale de los contribuyentes, es decir, de todos los capitalinos, por medio de los impuestos que hacen posible este tipo de obras. El gobierno nacional aportará el 70% y la alcaldía el 30% restante.
El proyecto será de grandes dimensiones beneficiando a más de 45 mil pasajeros, con una extensión de 27 kilómetros. Iniciará desde el sur de Bogotá por la avenida Américas y terminará en el norte hasta la calle 127, contarán con 27 estaciones, tendrá paso por 11 localidades, según lo planeado, serán 50 trenes de 6 vagones cada uno, 100% subterráneo, a una profundidad de 15 a 25 metros, se conectará con 7 estaciones de Transmilenio, 2 grandes plataformas y 18 de paso.
¿Y para cuándo?
Las fechas acordadas para la entrega de la primera línea serán para el año 2021, pero la amplia experiencia en cumplimiento de obras en la ciudad permite dudar un poco de las fechas ya preestablecidas.
También surgen otro tipo de dudas como: ¿Quién lo construirá? En este momento el Gobierno Nacional analiza con detalle si dicho proyecto será público privado o una obra 100% pública. Francia manifestó interés en la construcción de la obra dada su amplia experiencia en trabajos de este nivel y especialmente en trenes bajo tierra.
Para garantizar el correcto uso de fondos y usar eficientemente los cupos de endeudamiento, el distrito firmo un convenio entre el IDU y la Financiera de Desarrollo Integral (FDN), con el fin de crear un esquema eficiente de adjudicación y contratación para la ejecución del Metro de Bogotá.
El proyecto se hará en tres fases:
Fase I: Esquema transaccional que se encargará de planear la logística de la financiación, contratación, infraestructura, licitaciones y demás.
Fase II: Se consolidará las fuentes, entidades y organizaciones que financiarán el proyecto de inicio a fin en su primera línea, garantizando el orden técnico de toda la obra y su marco legal.
Fase III: Se procederá a la apertura de licitaciones, contratos para la construcción de la obra y la adjudicación del mismo.
El Concejo de Bogotá, en una decisión histórica, aprobó $2.4 billones del presupuesto del 2015 para que el Gobierno Nacional vea el compromiso de la alcaldía por garantizar el inicio de las obras, a lo que el gobierno aportara $6 billones para el inicio del proyecto, el resto del dinero ya tiene su donante en el esquema que se realiza para su financiamiento durante la construcción de la obra.
El Metro de Bogotá es uno de los proyectos más ambiciosos de la alcaldía, es una apuesta difícil de vender para los escépticos, lo cierto es que por primera vez a tenidos avances tan significativos y se espera que con la implementación de este nuevo sistema de transporte se descongestione un poco el actual modelo, por ahora queda esperar los avances en la licitación, contratación y adjudicación de la mega obra.
La alcaldía mayor de Bogotá tiene agendado una variedad de foros para que los capitalinos conozcan los pormenores del proyecto, resuelvan sus inquietudes y postulen sus ideas, al igual que se conviertan en el principal ente de control fuera de las instituciones asignadas para no repetir la historia con proyectos anteriores donde la corrupción ha sido su protagonista.