Por: Laura Gómez
El día de ayer se anunció a Javier Alberto Barreto como ganador del premio Álvaro Gómez Hurtado, en la categoría de Caricatura, por su trabajo “Más para romper”. Conozca más acerca de él.
Javier Alberto Barreto, como pocos lo conocen, nació en Bogotá en 1971. Es diseñador gráfico de la Universidad Nacional de Colombia y un caricaturista conocido en los medios de comunicación por su particular forma de hacer humor, por medio de ilustraciones con temas históricos.
“Beto”, como lo conocen sus amigos y seguidores, con su particular sonrisa, carismático y apasionado por lo que hace, muestra sus ganas de cambiar el mundo y de transformar el pensamiento por medio de dibujos que cuenten algo. En sus palabras, él es un “muchacho interesado por lo social, desde pequeño sabía lo que quería. La caricatura termina siendo un ejercicio de narrativa pedagógica de las cosas que van pasando y también de análisis, de explicación desde un punto personal, pero mi forma de abordarlo es desde el humor y la opinión; me interesa mucho el periodismo, la información, y lo que se le puede ocurrir a uno con los datos”.
Sus inicios
Es un hombre travieso, con una imaginación que trasciende. Inició su carrera con anécdotas en el colegio que recuerda con picardía: “un día a una profesora de religión, que me caía muy mal, le hice un dibujo con la cara de ella y le puse alas de murciélago, se lo mostré a un amigo y soltó la risa, volví y se la mostré a otro e igual. A mí me pareció gracioso e interesante que la gente se riera, así que cogí el papel y lo pegué afuera del salón. Me pillaron. Llegó el Coordinador de Disciplina, supo que había sido yo, me dieron matricula condicional. Mi mamá fue al colegio porque la llamaron y el coordinador la regañó: ‘Su hijo hizo esto’. Ella se puso más brava que el coordinador y le dijo: ‘Ustedes le están quitando el futuro a mi hijo, el talento’. Pero carreta, era por defender al niño, pero yo me sentía feliz, porque mi mamá me estaba respaldando”.
Un hombre multifacético
La vida de Beto está rodeada de trabajo y personas que admiran lo que hace. Un claro ejemplo es su esposa Sandra Rodríguez, quien habla del trabajo de su esposo como el mejor, lo describe como un ser creativo y entregado a hacer las cosas bien. Javier Alberto cuenta con poco tiempo por sus distintas obligaciones, sin embargo, vincula a su familia en los eventos que se le presentan. “Hemos disfrutado todo, cuando hay eventos me llevo a mi esposa, trato de unirlos, por ejemplo, estamos invitados al Premio Simón Bolívar y allá estaremos con todo el combo. Siempre unidos, porque me interesa mucho que mis hijos vean, por ejemplo, lo social de nuestra patria. Me los llevo a enseñarles y mostrarles todo”.
Con un sin fin de caricaturas, ni el propio Alberto sabe cuántas ha creado a lo largo de su carrera, pues dice que no tiene cifra exacta de los “muñequitos”, como él los llama. Esos muñequitos son lo que lo hacen un hombre con una carrera de caricaturista en ascenso, quien ha trabajado en medios de comunicación reconocidos en el país, como el periódico El Tiempo. También hace labores en el diario Portafolio, en el periódico de Chía y, a veces, para medios en Venezuela. Como diseñador ha colaborado en Cafam y otros lugares. Y como si fuera poco, es diagramador en periódicos y revistas e ilustrador para medios como Revista Semana.
La docencia, una carrera aparte
Este hombre versátil y lleno de creatividad, actualmente, comparte sus conocimientos con los alumnos de la carrera de Comunicación Gráfica en la Universidad Minuto de Dios – UNIMINUTO. Asegura que es fantástica esta experiencia: “como la caricatura no da para vivir mucho, entonces toca buscar. Es otra carrera aparte, pero tiene que ver porque es lo que comparto como parte de mi experiencia profesional. Con los alumnos trato de no ser ‘tan profesor’, sino más el compañero que le dice ‘Venga, usted lo puede sacar mejor’, claro, con un método pedagógico determinado. Pero no me interesa que saquen una buena nota, les inculco que salgan, vayan y se presenten a un medio. Inclusive una de la tareas es ¡vaya y consiga trabajo!, y me dicen ¡pero dónde!, y les digo ¡vaya lleve su portafolio y consiga, ese no es mi problema!”. Edwin Alba y Nicolás Gualtero, alumnos del “Profe Beto”, lo describen como un muy buen profesor, aseguran que las clases con él son divertidas, diferentes, se aprende mucho, aún más por tener una carrera tan satisfactoria.
Con la chispa y humor único que caracteriza a Beto Barreto, lo reconocen en su trabajo. El Profesor Hernán Huertas, compañero de oficio, cuenta: “es muy analítico, sabe guardar silencio y es así como se concentra en lo que sucede a su alrededor. Siempre lo acompaña un comentario lleno de diversión y, así, es que uno entiende cómo logra sintetizar tantas ideas por medio de la caricatura”.
Un humor sarcástico acompaña a este hombre que no le gustan las fotografías, que tiene un retrato de caricatura de sí mismo con el que se da conocer, al que su trabajo lo ha llevado a tener seguidores y contradictores, así como le pasó hace un tiempo al recibir una amenaza por dibujar en contra de las FARC, obligándolo a dejar su crítica de un lado por seguridad.
Con tantos años en esta profesión, su único interés es ser constante y reconocido por sus muñequitos para que ayuden a transformar el mundo como lo hizo “Pepón”, un caricaturista que falleció y que, hasta su último día, hizo lo que le gustaba: dibujar. “Todos queremos ganar, pero el asunto de nosotros está más en tener una ventanita para poder opinar y ser constante, y crecer como persona”.
Beto Barreto ha centrado su trabajo en temas históricos y coyunturales como por los que está atravesando en este momento Colombia. Decidió hacer una caricatura del Sí y el NO abrazándose, ya que “está en un momento de coyuntura importante, donde los del SÍ están echándole la muela a los del NO y viceversa. No hay sentido que nos dividamos todos queremos lo mismo, la paz”.