Por: Julian David Lopez
Llega a los cines Capitán América: un nuevo mundo, con el difícil reto de llenar el vacío que dejó Steve Rogers en El manto del capitán América, en un mundo que estalla en una realidad donde los superhéroes más icónicos se despiden dejando a cargo a nuevos héroes. De los principales objetivos de esta película es redefinir el legado del Capitán América para una nueva generación, pero ¿logra estar a la altura de las expectativas?

La película se sitúa años después de los eventos de Falcón y el Soldado del Invierno, Sam Wilson (anteriormente Falcón), que finalmente ha asumido su rol como el nuevo Capitán América. Sin embargo, el peso del escudo va más allá de sus capacidades físicas y tendrá que construir su propio legado en la piel del Capitán América, enfrentando diversos retos como hacerle frente a una nación dividida por errores del pasado, y a un gobierno que no confía completamente en sus capacidades, por tratarse de un ser humano sin ningún fuero que incremente sus capacidades físicas, que se encuentra con una amenaza global que podría cambiar el orden mundial.

Una redefinición del Capitán América
En esta película nos presentan a un Capitán América en construcción, con pilares anteriormente dejados en la serie Falcón y el Soldado del Invierno. Aunque su mayor problema no es su falta de habilidades sobrehumanas, una dificultad radica en redefinir qué significa ser el símbolo de un país en tiempos de incertidumbre, donde las lealtades son frágiles y los enemigos pueden estar más cerca de lo que se imagina.

Anthony Mackie encarna al nuevo Capitán América, que cuenta con matices argumentales más profundos, que lo presenta como un símbolo político y social más allá del superhéroe patriótico al que nos tenía acostumbrado Steve Rogers. Es una propuesta algo nueva para los estándares de Marvel Estudios, que no logra un desarrollo interesante, ya que el guion no siempre es un buen complemento para generar una mayor profundidad de personaje.
Un guion sin riesgo
La película presenta un tema central envuelto en asuntos políticos y sociales, porque intenta replicar la fórmula de Capitán América y el soldado del invierno, un fracaso rotundo en su ejecución que carece de nuevas propuestas que generen tensión en el espectador dentro del hilo argumental, pues muchos de los actos principales, como se veía venir, la convierten en una película predecible que parece más diseñada para conectar con futuras entregas del UCM que para sostenerse por sí misma.

Sin embargo, hay que darles crédito a algunas secuencias bien logradas, gracias a que las escenas de combate son dinámicas y aprovechan las habilidades de Sam con el escudo y sus alas. Además, se destacan algunos enfrentamientos cuerpo a cuerpo que recuerdan el estilo del Capitán América original, acompañados de efectos especiales que en ocasiones llaman la atención pero que no sonm suficientes para rescatar una trama que no genera una sensación de peligro o de urgencia alrededor del protagonista.
Un villano principal que parecía secundario
De los aspectos más criticados del UCM en los últimos años ha sido la inconsistencia en la construcción de los antagonistas, y esta película no es la excepción, ya que nos presentan a un villano principal sin profundidad, con acciones poco sorprendentes y predecibles, otro villano olvidable de los últimos proyectos de Marvel.

En el caso de Thaddeus Ross (Red Hulk) es posible encontrar un personaje con una historia mucho más distintiva que se ha ido construyendo durante toda la cronología del UCM, concluyendo con la transición a un personaje muy querido en los comics como Red Hulk. Si bien la resolución de su conflicto con el Capitán América no fue mayor cosa, es un personaje con madera para tratar en futuros proyectos de Marvel.

¿Logra las expectativas?
Capitán América: Un Nuevo Mundo tenía la tarea de posicionar a Sam Wilson como el nuevo rostro del legado de Steve Rogers, y como de las principales caras de las nuevas producciones de Marvel, aunque en algunos aspectos lo logra, en otros se queda corto con respecto a lo que llevan prometiendo desde 2021 cuando se anunció su creación. Si bien podemos resaltar cosas buenas como la actuación de Anthony Mackie y la llegada de Red Hulk, la película no cumple las expectativas planteadas para la llegada de un símbolo de Marvel.