Para los campesinos, si bien es cierto que las hectáreas de cultivos ilícitos en el país ha ido en aumento, también es cierto que en algunas regiones del país, el trabajo en esos cultivos es la única oportunidad de sobrevivir ante el abandono estatal.
Así mismo recordaron que, se hace necesario que el Gobierno Nacional, llegue a los territorios dejados por las FARC, con nuevos cultivos para reemplazar las hectáreas de coca sembradas. Según autoridades de Jamundí, más de 1.500 familias de campesinos cultivadores de coca, saldrán a las calles de ese municipio para exigir sean tenidos en cuenta para no morirse de hambre, ya que afirman depender únicamente de los recursos obtenidos como labriegos en los cultivos de coca.
Según Eduardo Bravo, uno de los líderes de la protesta “es una marcha contra el gobierno que no quiere aceptar lo pactado en los acuerdos de La Habana, debido a que la aspersión con glifosato nos dejaría en ruina a todos, ya que toda la población depende, dado que no hay más que cultivar”.
Por su parte, el Gobierno Nacional agradeció la medida tomada por la Corte, que si bien no autorizó el regreso de las fumigaciones al país, si abrió la puerta para que las autoridades estudien a fondo las implicaciones del uso del polémico herbicida y las medidas de contingencia a tomar.
Ante el posible regreso de las fumigaciones con glifosato, la última palabra la tendrá el Consejo de Estupefacientes, entidad que deberá adelantar las regulaciones pertinentes para el regreso del glifosato a los campos colombianos.