Según el Diario Oficial de Chile, el gobierno del país austral, pretende facilitar la entrada al país de aquellos venezolanos que por trámites administrativos y visados, no habían podido ingresar a Chile.
Desde ya, el hecho de no contar con pasaporte o visa, no será impedimento para que un ciudadano venezolano pueda ingresar a visitar a sus familiares en ese país. En el marco de la crisis humanitaria por la que atraviesa Venezuela, algunos ciudadanos de esa nación, han escogido a Chile para buscar trabajo y sacar a sus familias adelante.
Ante la imposibilidad de los gobiernos locales para acoger un gran número de migrantes, han sido varios los impedimentos políticos que se han llevado a cabo para mitigar la entrada masiva de venezolanos.
No obstante, para el gobierno de Piñera, la familia es el grupo básico natural y fundamental de la sociedad, lo que llevó a ese gobierno a brindar la posibilidad de acreditar la residencia de familiares en Chile.
La nueva medida, opera únicamente para cónyuges, parejas e hijos solteros menores de edad que dependan de sus padres. A ello se suman las personas que por razones humanitarias deben ingresar al país. El salvoconducto ofrecido por Chile, se puede diligenciar en los consulados de esa nación en los distintos países con los que tiene relaciones.
Según datos de inmigración venezolana en Chile, cerca de 288.233 personas dejaron a Venezuela para refugiarse en Chile, lo que ha generado la ruptura de las familias que en ocasiones deben viajar solos a otras naciones para buscar mejores oportunidades.
La difícil situación financiera por la que atraviesa Venezuela, ha llevado al país a buscar medidas que logren mitigar el impacto de las sanciones económicas impuestas por Donald Trump, y ante los pocos socios comerciales del gobierno de Nicolás Maduro, Rusia parece no dar su brazo a torcer, ahora ese gobierno es quien maneja las políticas de las recursos petroleros del país.
La empresa rusa Rosneft, se ha convertido en el principal operador del crudo de Venezuela. La multinacional ha desafiando las órdenes de Washington y ahora envía petróleo de Venezuela a otras naciones, como China e India en un intento por oxigenar la moribunda economía venezolana.
Según medios internacionales, la compañía rusa Rosneft adquirió el 40% de los envíos de petróleo de la empresa estatal PDVSA, en un intento por mantener las exportaciones de crudo a los países que aún compran hidrocarburos a Venezuela.