El tema de las ciudadanías sociales hace parte de la gran agenda mundial de las sociedades contemporáneas. Desde mediados del siglo pasado han venido emergiendo nuevas ciudadanías, primero como resistencia, luego como re-existencias, proyectos de vida en común al margen del poder de turno, sea éste estatal, económico, político, ideológico etc. Movimientos identificables en los diferentes colectivos sociales que plantan cara al orden imperante, para reclamar no sólo sus derechos, sino que también para construir sus propios relatos; otras formas de ser y de estar en el mundo.
Para conversar sobre este tema nos acompañó Oscar Useche Aldana, docente e investigador y gran conocedor de los movimientos sociales en Colombia y en el mundo. Mediante los micrófonos de El Puente El profesor Oscar transitó por la historia para acentuar el papel que han cumplido y cumplen los ciudadanos, para desentrañar las dinámicas de sentido que se tejen alrededor de estos movimientos y las distintas formas de resistencia y de re-existencia que han venido configurando esas nuevas ciudadanías. Quebrar la lógica dominante, replantear las funciones y definiciones que vienen desde arriba, deslegitimar el poder que se usa para oprimir mediante formas de poder alternativas y puestas al servicio de la emancipación y, sobre todo, mantener viva la esperanza de que otro mundo es posible, han sido algunas de las tendencias que caracterizan estas nuevas ciudadanías, y que el profesor Useche señala con gran fluidez y hondura.
Un tema de gran actualidad para el mundo, pero sin duda, urgente para el panorama nacional, en el que el uso del poder estatal, bajo la forma desmedida y solapada del uso legítimo y sistemático de la violencia, ha desencadenado una serie de consecuencias nefastas, dejando tras de sí una historia de barbarie, horror y muerte. No obstante, aseguró nuestro invitado, en medio del terror y la violencia que ha marcado al país, la gente sigue resistiendo. Se resiste a dejarse oprimir por las políticas del Estado, a configurarse con el ideal de vida que vende el sistema económico, a decaer en la esperanza presa del miedo y la resignación y, en definitiva, a permanecer en el anonimato dejando que la vida se la manejen desde arriba.
La gente en Latinoamérica y, concretamente en Colombia, ha aprendido a resistir, a formar colectivos de lucha por la reivindicación de los derechos más fundamentales negados y violados por el mismo aparato represor del Estado. Pero la cosa no ha parado allí. Desde hace varias décadas la gente también ha aprendido a defender sus propias formas de ver el mundo y, a parir de las experiencias propias, plantear formas de vida al margen de las lógicas dominantes. Proyectos de vida buena independientes de lógica depredadora del capitalismo de punta que ha permeado ya todas las instancias de poder, incluyendo las del Estado.
Estas son las nuevas ciudadanías que levantan su voz para desmantelar el poder opresor que genera la injusticia. Ciudadanías críticas y creativas que no se conforman con el papel tradicional que se les ha asignado, y se levantan contra el orden que niega sus posibilidades, dispuestas a plantar cara frente a todo sistema de dominación que quiera imponer un modelo de vida hegemónico. Formas pacificas tan variadas como los mismos grupos que resisten a estas lógicas, dispuestos a ofrecer otra mirada sobre las posibles salidas a ese círculo de violencia que ha afectado por décadas a los colombianos. Pues, tal y como lo expresó nuestro invitado: “la paz es un proceso largo y es una transformación cultural, pero también es urgente que resignifiquemos esos procesos de paz. La paz no llega hasta la firma del acuerdo, ahí comenzó el verdadero proceso de paz que es la reconstrucción social y cultural de este país y que implica un protagonismo enorme de las comunidades que hemos llamado en el libro nuevas ciudadanías”.
Conduce Víctor Rojas y Simón Dumett