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“Colombia puede llegar a ese nivel si nos toman en serio y creen que los artistas también somos trabajadores”: Alexandra Villegas

La obra compleja para el artista: trabajar en condiciones dignas

Por: Alexandra Lozano Garzón. 5.° semestre

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El pasado 17 de agosto de 2024, la bailarina Laura Daniela Villamil tuvo quemaduras en el 80% de su cuerpo debido a un accidente laboral, mientras presentaba un espectáculo artístico en el restaurante Andrés Carne de Res. Aunque la artista despertó después de un mes en coma, este incidente le dejará secuelas de por vida.  Ante este caso que se convirtió en un hecho mediático, varios ciudadanos asistieron a un plantón en el que protestaron por unas condiciones laborales dignas para los artistas. El Ministerio de Trabajo cerró temporalmente el establecimiento hasta que la ARL Sura evidenció que se cumplían los requisitos para brindarles seguridad laboral a los empleados. 


Pero ¿en verdad los artistas carecen de buenas condiciones de trabajo?, ¿Qué sucede con la seguridad de los empleados de este gremio?, ¿Qué hay de sus oportunidades de empleo? Alexandra Villegas, Licenciada en Arte Danzario, egresada de la Facultad de Artes ASAB de la Universidad Distrital, habla para Datéate sobre las condiciones laborales en el mundo artístico en el que ha estado activa por más de 17 años.

Alexandra Lozano (A.L). ¿Considera usted que actualmente son precarias las condiciones de seguridad laboral de los artistas? 

Alexandra Villegas (A.V). El mundo laboral de los artistas es bastante complicado, porque no tenemos seguridad; muchas veces recurrimos a un empleo porque necesitamos la plata, pero nos sometemos a muchas cosas que no son dignas de nuestro trabajo. Muchas veces no tenemos horarios laborales como los tiene una persona del común de 8 horas, 9 horas, 6 horas diarias, sino que a veces nos toca trabajar 13 horas, 12 horas, más de 14 horas, estar montados en un escenario ensayando sin parar, con una hora de hidratación y demás. Entonces hay muchas ocasiones que son bastante malas e injustas en cuestiones laborales para los artistas, para los danzarios y para los artistas en general.

A.L. ¿Cree que, si los artistas realizan un posgrado o perfeccionan su ejercicio artístico, logran una inclusión laboral y mayores beneficios en su empleo?

A.V. A veces eso funciona, a veces ser profesional funciona un poco mejor que ser empírico, pero eso depende de varios factores. Por ejemplo, los artistas urbanos tienen una gran ventaja, el medio en el que se desenvuelven, ahora la mayoría de los cantantes son urbanos, a los chicos les encanta, es un medio laboral muy competitivo, pero también tiene sus contras, y es que los horarios no son lo más flexible del mundo

Los espectáculos también te quitan parte de tu vida personal, y aunque eso le agrega un plus a tu carrera y te brinda la posibilidad que en algunos años te contrate una gran compañía con la cual tengas salud, pensión, ARL y todo lo que deberíamos tener por ley, para llegar a eso, muchas veces, primero arriesgamos nuestra vida, arriesgamos nuestra salud en el trabajo o nos exponemos a que en algún momento nos pase algo, y la gente se lava las manos: ¡usted es solo un bailarín y ya. La gente cree que ser un bailarín es solo bailar y ya, pero más allá de eso hay una técnica, hay estudios, tienes que conocer tu cuerpo porque te puedes autolesionar, son muchos factores que conlleva estar ahí de pie en un escenario. Si eres profesional o no en el área artística, es un 50/50, influye y no influye, porque muchas veces hay algunas personas que son más empíricas y les va mucho mejor que las que somos profesionales.

A.L. ¿Normalmente qué tipo de contratos le han propuesto los empleadores al contratar sus servicios?

A.V. Lo que más se maneja es un contrato temporal o contrato por obra labor, porque aparte de que es el más económico, por así decirlo, es el contrato que menos beneficios tiene, y es la forma en la que más se lavan las manos con el trabajador.

Tú firmas un contrato por obra-labor, y muchas veces no te pagan ni pensión, ni ARL, no tienes absolutamente nada. Tú vas a darle un espectáculo al espectador, a que te aplauda, te diga, “fuiste increíble” y ya, te paga y te vas. Muchas veces ese tipo de contratos ni siquiera se cumplen porque se firman de palabra, o lo firmamos y no leemos la letra chiquita que dice que no tienes absolutamente nada y que prácticamente estás arriesgando tu vida y tu carrera en un momento

A.L. ¿Qué tipo de contratación le gustaría o le parece digno para el ejercicio que ustedes hacen?

A.V. Un contrato a término indefinido porque eso te daría seguridad laboral, dejas de buscar en otros lados, te puedes casar con una marca, con uno o varios artistas, pero con la seguridad de tener un empleo en donde trabajas 8-9 horas diarias, descansas una vez a la semana como cualquier persona, o en caso de que fuera un contrato obra-labor, que tuviera todas las garantías, que se tenga claridad del empleo y que se cumpla con los requisitos del contrato.

A.L. En Colombia existe la Ley 1975 de 2019, que consagra los derechos laborales y culturales de los actores: ¿considera que se deberían implementar ese tipo de leyes para cada área artística, o debió ejecutarse una en general, es decir, una que cobije a todos los artistas en términos de seguridad laboral, o, por el contrario, considera que este tipo de clasificación no debería existir, y más bien el Código Sustantivo del Trabajo (Decreto 2663 de 1950) es suficiente para todos los trabajadores?

A.V. Estaría bien reunir todo en una sola ley porque somos personas del común, aunque nuestro trabajo, tal vez, tiene un poco más de riesgo porque exponemos nuestra vida en un espectáculo: el escenario se puede caer, puede llover y nos da gripa, por ejemplo, entonces considero que sí debería haber una ley de artistas en donde haya un conjunto de todo, tanto de actores como de bailarines, que reúnan todas las ramas artísticas en una ley. Algo donde realmente veamos que tenemos derechos y que nos ayudan a sentirnos más seguros en nuestro trabajo, y no vernos obligados a aceptar un empleo solo por necesidad o tener que escoger otra carrera.

A.L. ¿Qué pensamientos se le vienen a la mente con el incidente que le ocurrió a la bailarina Laura Villamil en el restaurante Andrés Carne de Res y su cierre temporal por su “irresponsabilidad en el tratamiento digno de los trabajadores”, según indicó el presidente Gustavo Petro?

A.V. Da tristeza que nosotros mismos tampoco nos cuidemos, que nuestra área, a veces, es muy individualista, normalmente los bailarines somos: “tú estás en lo tuyo, yo estoy en lo mío” y a veces no formamos equipo para nada. También es muy irresponsable el incumplimiento de las leyes, no ser capaz de caer en cuenta que es una persona la que está prestando sus servicios: también tenemos familia, hijos, sobrinos, mamá, papá, que nos esperan en casa, porque nosotros hacemos esto para sobrevivir. 

Pensar en el hecho que, así como fue ella, pudo haber sido cualquiera de nosotros es duro, porque de verdad uno se sacrifica todos los días para sacar a su familia adelante, cuando te dijeron que del arte no podías vivir. Es una demostración para uno mismo, y que la gente haga ver que no valemos nada; es triste porque nosotros podemos alzar la voz muchas veces, pero si la gente sigue contratándonos sin nada de ley, obviamente nadie nos va a tomar en serio.

A.L. ¿Qué cree que hace falta para mejorar la calidad y seguridad laboral de los artistas en Colombia? 

A.V. A parte de la ley, la mejora en los contratos, también la mejora en las condiciones laborales y salariales, porque aquí en Colombia el arte no es lo más importante, sólo somos un grupo de personas que hacen felices a más personas que no se dedican al arte, y no somos lo suficientemente valorados como para que se den cuenta de que también importamos en el mundo, así como es de grande un ingeniero lo es un bailarín, un actor o un artista en general. Los salarios a veces no son congruentes con el trabajo que realizas, que la gente sea más consciente de que los artistas representamos una profesión, nosotros buscamos todo el tiempo la solución para tu entretenimiento.

A.L. ¿Cree que las redes sociales son un recurso para alcanzar ingresos de una manera menos insegura para sus vidas?

A.V. Si, las redes sociales funcionan demasiado, y hacen que tú te muevas por todos los medios. Ahora un bailarín sin redes sociales es difícil que consiga una pauta, es muy difícil que un artista te vea, por ejemplo. Es frecuente la práctica de “hagamos el baile de TikTok”, pero no sabe lo que representa compartirlo o lo que representa hacerlo. Las redes nos dan a conocer, es como un portafolio, y si no hay nada que ver, no te van a contratar prácticamente. Entonces es muy importante tener las redes activas porque por medio de ellas nos movemos.

A.L. ¿Qué mensaje les deja a sus colegas artistas y a aquellos que desean serlo, pero se limitan por las posibles condiciones laborales a las que “normalmente” están expuestos?

A.V. El baile es lo mejor que le puede pasar a una persona, y complementándolo con mi segunda carrera, psicología, es la terapia más grande que uno puede recibir. No solo el baile, también el arte porque es una manera distinta de ver el mundo. No dejen de luchar por lo que tanto aman, no dejen de creer que porque no tenemos buenas condiciones laborales no vamos a llegar a tenerlas en algún momento, y tampoco dejen de persistir, ingresen o no a la universidad que han soñado; algún día se van a ver al espejo y se van a sentir orgullosos de portar ese uniforme de “soy artista” y no soy uno más. Qué increíble es decir que eres artista y que no tienes una carrera convencional como la que tienen la mayoría de las personas, porque hay muchas más preguntas cuando eres artista que cuando estudias algo que toda la gente estudia.

Es una carrera demasiado hermosa, donde conoces personas increíbles y en donde forjas lazos estrechos de trabajo y de amistad que te ayudan a crecer como persona. Para que logremos un mejor futuro tenemos que trabajar en ello y darnos a conocer más, alzar más la voz, que ojalá algún día Colombia sea un país como Estados Unidos, Japón, China o Corea, donde vale la pena ser bailarina, y Colombia puede llegar a ese nivel si nos toman en serio y creen que los artistas somos trabajadores.

Se calcula que cerca del 75% de los trabajadores del sector de las artes no cotizan ni salud ni pensión, y que cerca del 78,6% mantienen contratos temporales, con muchos tiempos muertos. 

En la monografía denominada Regulación de la Vinculación Laboral de los Artistas: Viabilidad, Utilidad y Pertinencia del Repositorio de la Universidad Javeriana se habla del manejo de relaciones jurídico-laborales de los artistas en la actualidad, indica que Colombia carece de una regulación laboral que atienda específicamente a esta profesión, situación que complejiza la existencia de aptas condiciones de empleo dentro del gremio. 

Una de las afectaciones para los artistas es el proceso de contratación, puesto que la regla común es que se firme un contrato por prestación de servicios, que es beneficioso para el contratante porque no debe remunerarle al empleado horas extras, dominicales y demás recargos de ley. Sin embargo, este tipo de contrato, como bien lo dijo Villegas, resulta siendo un acto precario e indigno para la labor del artista, pues si salen tarde de trabajar no hay un auxilio de transporte que dignifique su regreso a casa. Muchos artistas se enfrentan al dilema de escoger entre pagar el sistema de seguridad social de manera independiente o tomar el dinero para seguir produciendo música, para talleres de danza y/o actorales, o simplemente para subsistir.

De acuerdo con el reportaje publicado en RTVC, Acceso a Pensión, un escenario complejo para los artistas independientes, en varios casos, el sistema de seguridad social de los artistas se rige bajo las modificaciones de la Ley 100 y la Ley 50, siempre y cuando trabajaran por horas o de noche, en otro de los casos los aseguraba el Sisbén, o por el contrario hacían parte de los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) del Ministerio de Cultura y de Colpensiones, dirigido a aquellos artistas que por su precariedad laboral no alcanzan a devengar un salario mínimo, de tal manera que al llegar a la edad pensional recibirían 1 SMMLV hasta su fallecimiento, que es más un subsidio.

En la actualidad, con la reforma pensional impulsada por el Gobierno Petro, los artistas tendrán la posibilidad de acceder a una renta solidaria, renta vitalicia o pensión; sus ingresos económicos dependerán del mecanismo de protección del que hagan parte y de las semanas cotizadas antes de cumplir con la edad de pensión. Se espera que los artistas modernos tengan mayores oportunidades a nivel profesional y laboral, para que logren una vejez con una pensión digna y una juventud con condiciones laborales meritorias a su profesión.

| Nota del editor *

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