La vicepresidente y canciller de Colombia, Marta Lucia Ramírez, solicitó la reunión con su homóloga Erika Mouynes, en Panamá, con el fin de avanzar en la regulación de migrantes y establecer controles que erradiquen el delito del tráfico de migrantes y las rentas criminales en la frontera colombo-panameña.

Desde el corregimiento de Metetí, Panamá, los gobiernos de los dos países se reunieron y acordaron este viernes instalar un frente común para atender la migración irregular que usa sus territorios, además convocarán a una reunión a los delegados de los países de origen y de destino para hacer frente a la situación.
Tras la reunión, Ramírez anunció que con la canciller de Panamá, Érika Mouynes, acordaron trabajar con la Comunidad de Policías de América, responsable de la cooperación policial internacional en el Continente Americano en conjunto con la Interpol e inteligencia y autoridades de Colombia y Panamá para judicializar a todos los responsables del delito de tráfico de migrantes en la frontera.
Además Mouynes aseguró que el objetivo es implementar un frente común para atender la migración de paso, involucrar a los actores, tanto los que reciben por primera vez como los de países de destino, para establecer los mecanismos y controlar el flujo.

La reunión para abordar la situación, se dio luego que más de 10 mil migrantes, en su mayoría provenientes de Haití, Cuba y distintos países de África, permanecían en el municipio colombiano de Necoclí a la espera de poder tomar lanchas y seguir hacia Panamá.
Colombia enfrenta un represamiento grande de migrantes en Necoclí, lo que está generando una crisis sanitaria y humanitaria afirmó la canciller Ramírez.
Adicionalmente, la canciller colombiana aseguró que los dos países comparten el compromiso en temas humanitarios, pero también están expuestos a que el tráfico de personas vaya de la mano con el tráfico de drogas, siendo esto lo que se debe evitar.
La próxima reunión acordada será el 9 de agosto, para definir cifra de migrantes que pasan la frontera a diario.