En Corea del Norte la homosexualidad es considerada como una “desviación ideológica” que se mantiene en gran medida en secreto debido al estigma social y el miedo a la persecución estatal. La constitución del país no reconoce la discriminación basada en la orientación sexual, pero, en la práctica, la comunidad LGBTIQ+ enfrenta una gran discriminación y acoso.
En una impactante revelación a la BBC News Mundo, Jang Yeong-Jin comparte su experiencia única sobre la lucha de la comunidad LGBTIQ+ en Corea del Norte. Su historia destaca los desafíos que enfrentan aquellos que se identifican como homosexuales en un entorno donde la opresión estatal y la falta de libertades individuales son una constante.
Jang, a pesar de no sentir atracción hacia las mujeres, contrajo matrimonio a los 27 años. Sin embargo, su noche de bodas marcó el inicio de una difícil travesía, ya que la incomodidad en el ámbito sexual se convirtió en un obstáculo en su vida matrimonial. Después de cuatro años, y sin embarazos, confesó a su hermano su orientación sexual, desencadenando una serie de eventos que revelaron las restricciones legales y el control gubernamental sobre la vida privada en Corea del Norte.
La complejidad legal para obtener un divorcio en el país se convirtió en un callejón sin salida para Jang, quien finalmente optó por una decisión drástica: huir a Corea del Sur. Con este acto no solo buscaba liberarse de un matrimonio que no le correspondía, sino también abrir la posibilidad para que su esposa pudiera rehacer su vida.
El profesor de leyes Park Jeong-Won explicó que el gobierno norcoreano, bajo la premisa de preservar la unidad familiar, solo autoriza el divorcio si percibe que el matrimonio amenaza la ideología del país. Este control estricto sobre la vida privada ha llevado a que las relaciones homosexuales sean consideradas desviaciones de la norma social, con consecuencias que van desde la pérdida de empleo hasta la prisión.
La situación de los derechos LGBTIQ+ en Corea del Norte es un tema de preocupación internacional. Los defensores de los derechos humanos continúan luchando por la visibilidad y protección de la comunidad LGBTIQ+, enfrentándose a la opresión estatal y la falta de libertades individuales.
A pesar de estos esfuerzos, la obtención de información confiable es un desafío, ya que el gobierno norcoreano reprime cualquier forma de disidencia o expresión individual. La falta de datos confiables refleja la difícil realidad que enfrenta la comunidad LGBTIQ+ en Corea del Norte, donde el silencio y el miedo a represalias son lamentablemente la norma.