Hollywood siempre tiene un lugar especial para los musicales, al igual que la academia y sus premios Oscar, que les han dado protagonismo a películas como Chicago (2002), La la land (2016) o Mamma Mia (2008) por hablar de títulos contemporáneos.
Tampoco es un secreto que las audiencias, este año, estén menos receptivas al género musical, por cuenta de lo desafortunado que resultó el estreno del Guasón 2: folie à deux. La mayoría de audiencias, no conectan con este cine tan lleno de cosas que pueden sorprender.
Esta esperada adaptación del longevo musical de Broadway, llega a las salas de cine de la mano del director estadounidense de origen chino, John M. Chu con Wicked – primera parte, protagonizada por Cynthia Erivo en el papel de Elphana y Ariana Grande como Glinda.
Wicked es una película de fantasía/musical dirigida y adaptada a la pantalla por Winnie Holzman y Stephen Schwartz, que toma el nombre de su musical de 2003 con el mismo nombre, a su vez basada en la novela de 1995 de Gregory Maguire de nombre homónimo, pero esto definitivamente es llevarla a otro nivel.
Desde el inicio la obra nunca niega su esencia, su teatralidad y su montaje musical, ambientando de inmediato al espectador para que no se mueva de su asiento en casi tres horas de duración, iniciando con las imágenes clásicas de las productoras y desde el bonito homenaje con la aparición de Dorothy, El Espantapájaros, El Hombre de Hojalata y El León Cobarde.
Como la película no es lineal, los personajes van a mostrar su desarrollo con gracia y sin apariciones forzadas, que cada vez más proyectan los sucesos y los hacen llamativos con las secuencias musicales y sus espectaculares coreografías, que se nutren del elaborado manejo de cámaras y de una edición ágil, dinámica, pero que preserva la puesta de escena de Broadway.
Wicked aborda sus personajes con fidelidad a la obra original, pero los hace más espectaculares gracias a la buena dirección de Chu, donde una Ariana Grande se destaca, impulsando a Cynthia Erivo, cuyas voces juntas parece simplemente la narrativa a la acción de la siguiente escena.
La puesta en escena de la película es espectacular, al igual que su diseño de vestuario, que estoy seguro, estará postulado a los próximos premios Oscar en diversas categorías como a mejor edición de sonido, a mejor cinematografía y a mejor banda sonora, por supuesto.
De los pocos aspectos con los que la película queda en deuda, son algunos personajes que sólo son engranes para la segunda parte, que quedan relegados, no proyectaron su personaje y lo hacen algo limitado. Es el caso de Fiyero (Jonathan Bailey) que muy seguramente será relevante en el conflicto final.
Wicked logró encontrar un ritmo eficaz desde sus canciones, sus actuaciones y su historia, para entregar una de las películas más redondas del año, para mí, donde la fantasía, la amistad, la camaradería y problemas tan cotidianos como el acoso social, sean parte de una historia que viene del Mago de Oz y que puede llegar a ser tan impactante como la secuencia del baile.
John M. Chu parece tener su mejor película hasta el momento, pues Wicked, desde ya, vale la pena ver con paciencia y buscando el gusto por los musicales, un gusto adquirido, pero que se disfruta cuando aparece una producción de este nivel.
Una película que se llevó más que mi atención y mi grata sorpresa, de la que espero desde ya su segunda parte, y con mi optimismo de que las superproducciones de la industria de Hollywood aún no están muertas. Juzguen ustedes.